Se debe comenzar con una textura de puré/papilla casi semilíquida y poco a poco progresar la consistencia a una papilla homogénea y espesa.
Entre los 7 y 8 meses es momento de ofrecer una consistencia de machacado o grumos. Este tipo de consistencia requiere de movimientos masticatorios más complejos, la lengua debe de moverse de lado a lado haciendo movimientos de lateralización, para llevar el bolo alimenticio hacia los carrillos para después deglutir. A los 9 meses se debe ofrecer picados finos para comenzar con movimientos rotatorios de la mandíbula y a los 12 meses el bebé puede manejar trozos un poco más grandes pero siempre de consistencia suave. Es importante progresar las consistencias en los momentos adecuados, ya que si lo hacemos de forma tardía al bebé le va a costar más trabajo aceptarlas.
Los alimentos alergénicos como huevo, nueces, pescado, fresas, entre otros, se deben de probar antes de los 12 meses. Si un bebé es alérgico a un alimento lo será a los 6 meses, al año o a los dos años. La diferencia es: entre más grande es un bebé la reacción alérgica será más grave, y entre más temprano lo presentemos la reacción de alergia es más leve y se favorece la tolerancia gastrointestinal a estos alimentos.
En esta etapa se vale jugar con la comida, por medio del juego pueden involucrar todos sus sentidos. El objetivo es que prueben diferentes sabores, conozcan variedad de aromas, vean muchos colores y toquen texturas y consistencias diferentes. Esto promueve una mejor aceptación hacia los alimentos.
El tipo de alimentación que lleve el bebé en esta etapa tendrá un impacto muy importante en la salud de su vida adulta. Es responsabilidad de los cuidadores principales elegir alimentos naturales (frutas, verduras, leguminosas, grasas vegetales) y evitar alimentos procesados con azúcar añadida, de preferencia hasta los 2 años. Estas acciones previenen enfermedades crónicas en la vida adulta como obesidad, diabetes e hipertensión.
Recuerda que es muy importante predicar con el ejemplo, ya que estamos instaurando hábitos para toda la vida.
Es recomendable que al inicio de la alimentación complementaria las familias busquen la asesoría de un equipo multidisciplinar, este equipo, además del pediatra, debe de estar conformado por un especialista en nutricón pediátrica.
Disfruta esta etapa que es una de las más bonitas y muy importante para el futuro de tu bebé.