Uno de mis coachees al que llamaremos “Lorenzo” es un hombre inteligente y noble pero cada Navidad , desde que tiene 27 años, se convierte en un Grinch. Odia los villancicos y despotrica contra la hipocresía de la gente que “todo el año es egoísta pero de pronto en Navidad se vuelven dadivosos”. ¿Será que es un mal de temporada el que le da a Lorenzo y a algunos otros “amargados”? La respuesta científica es NO. Detrás de las personas “amargadas”, quejumbrosas o violentas, lo que hay es un gran miedo que no ha sido canalizado. A Lorenzo en particular, a los 27 años, su novia o, como él la llamaba, “el amor de su vida”, lo dejó plantado en el altar un día antes de Navidad y desde ahí no ha vuelto a tener pareja y, peor aún, se ha mantenido desconectado de sí mismo.
Tips para transformar el miedo en poder esta Navidad
Después de una pérdida de esa dimensión es totalmente natural que Lorenzo tenga un gigantesco miedo a que lo vuelvan a abandonar por lo que año tras año trata de protegerse, apartándose de todos y justificándose con la hipocresía de ciertas personas. Sin embargo, por no saber cómo usar el miedo a su favor, Lorenzo vuelve su vida una pesadilla desde la primera posada hasta el Día de Reyes .
Es totalmente natural y sano sentir miedo. El miedo es parte de tu naturaleza y existe para alertarte del peligro. Como todas las emociones, el miedo es energía vital que produce tu cuerpo para ayudarte a sobrevivir. Esa energía la puedes usar para construir o para destruir tu vida dependiendo de qué tan emocionalmente inteligente eres. Si tienes inteligencia emocional sabrás que lo importante no es qué generó tu miedo, si no qué haces con ese miedo. Hay cuatro formas de reaccionar al miedo: huir, congelarte, ser violento o confrontarlo. Las primeras tres reacciones son destructivas y sólo la confrontación consciente y pacífica es la estrategia que te ayuda a crecer.
Para confrontarlo y garantizar que estás usando el miedo a tu favor requieres llevar a cabo dos pasos. El primero es aceptarlo e identificar qué tipo de miedo tienes. Existen cinco tipos de miedo: a la muerte, al dolor físico, a perder el control, a la separación o a perder la identidad. Por ejemplo, los que temen hablar en público corresponde al quinto tipo de miedo, perder la identidad, los que tienen un miedo constante a que su pareja los deje o tienen miedo a la separación. A los que les da terror fracasar, tienen miedo a perder el control. Aunque la lista de miedos puede ser infinita, el 99% son fantasías que produce el ego cuando la mente no está entrenada. Es decir, sientes miedo aunque a tu alrededor, ni tu vida ni la de nadie más está en peligro. Por ejemplo, hasta ahora, es mínimo el porcentaje de personas que se han muerto por cometer un error al hablar en público o porque lo hayan dejado plantado en altar como le pasó a Lorenzo. Aunque ambas cosas emocionalmente duelen, no aniquilan instantáneamente la vida de casi nadie.
El segundo paso para transformar el miedo en poder es implementar la estrategia de confrontación correspondiente a cada tipo. Para el tipo uno y dos; miedo a la muerte y a dolor físico, la estrategia es la misma y consiste en discriminar si el miedo surge debido a una amenaza real o es una amenaza falsa. Por ejemplo, estar frente a un asaltante con un arma de fuego o estar al borde de un risco son amenazas reales; efectivamente tu vida corre peligro en ese preciso instante. Pero, si por el contrario, se trata de una amenaza falsa pero es algo que te aportará valor como pedir un aumento o renunciar a tu trabajo para dedicarte a lo que amas hacer, sin duda, la sugerencia es que tomes el riesgo y simplemente hagas eso que tanto miedo te da. Verás que después de algunas horas de estrés, te sentirás orgullosa de ti misma de haber sido valiente.
La estrategia para enfrentar los miedos del tercer tipo; a perder el control, como el miedo al compromiso, a no tener dinero, a envejecer o a quedarte sin trabajo es salir de tu zona de confort y hacer aquello que te hace sentir “sin control”. El control es una fantasía inconsciente. Por más “control” que tengas, no puedes predecir si estarás viva en los siguientes cinco minutos. El control y la felicidad no van juntos. Cada vez que eliges controlar, tu felicidad disminuye y cada vez que eliges ser feliz, requieres soltar el control. Entonces, si tienes miedo al compromiso, comprométete, si tienes miedo a dedicarte a lo que realmente te apasiona por quedarte sin dinero, aviéntate a eso que tanto sueñas y el dinero vendrá como consecuencia.
La estrategia para los miedos del cuarto tipo, a la separación, es conectarte contigo misma. Cuando tus principales miedos tienen que ver con quedarte sola, que te abandonen o que te rechacen, como el miedo de Lorenzo, significa que requieres desesperadamente la presencia del otro porque en el fondo sientes que no cuentas contigo misma. Trabaja diario en conectarte contigo escuchándote, perdonándote y sintiendo compasión por ti mismo. Todos estamos en el reto maravilloso de la vida; estamos haciendo lo mejor que podemos y requerimos tenernos paciencia y comprensión. Por último, la estrategia para trabajar los miedos del quinto tipo, a perder tu identidad, es desarrollar tu autoestima. Si tú eres de los que tiene miedo al que dirán, a hacer el ridículo o a fracasar, requieres ponerte retos y esforzarte por lograrlos. La autoestima sólo se incrementa cuando logras cosas que te implicaron un gran esfuerzo y que te las ganaste por ti misma. Déjame acompañarte en este camino, quiero que sepas que no estás sol@ sígueme en @ddrmaru.
Si tú eres uno de esos grinchs como Lorenzo, te invito a que en esta navidad te des la oportunidad de confrontar compasivamente tu miedo para que te permitas construirte en la persona plena que viniste a ser y no en un eterno amargado que le lastimaron el corazón. La queja, la crítica, la amargura y la toxicidad, por más experiencias dolorosas que hayas tenido, son señales gigantes de que tu miedo se está manifestando y no tú, el que tiene el poder de tu vida. Para tener una Feliz navidad, recupera tu poder.