En un experimento que realizó Philip Zimbardo (psicólogo social de la Universidad de Stanford en el año de 1969) se abandonó un coche sin placas y con las puertas abiertas en Bronx, un barrio que en ese entonces era pobre, peligroso, conflictivo y lleno de delincuencia. Zimbardo dejó el vehículo para observar qué ocurría y al cabo de solo diez minutos, el coche empezó a ser desmantelado. Días más tarde, ya no quedaba nada de valor en el coche.
En la segunda fase del experimento se abandonó otro vehículo en condiciones exactamente iguales pero en un barrio muy acomodado y tranquilo: Palo Alto, California. Durante una semana no le pasó nada al vehículo, fue entonces cuando Zimbardo decidió intervenir, tomó un martillo y rompió una de sus ventanas. De este modo, el coche pasó de estar en un estado impecable a mostrar signos de deterioro y abandono. Fue en ese momento que se confirmó la hipótesis de Zimbardo.