Durante la pandemia, la circulación de información sobre el COVID-19, los efectos de la enfermedad y el aislamiento pueden exponernos a una sobrecarga de datos que puede traducirse fácilmente en estrés y ansiedad, sin embargo, existen algunas opciones que pueden ofrecernos una especie de 'escape' para relajarnos y despejar la mente, un claro ejemplo son las fotos y videos de animales y naturaleza, ¿cuál es la razón para que encontremos refugio en lo anterior? Quién platicó con un especialista que nos explica este fenómeno.
La razón por la que 'Harley' y otros animales nos han aligerado la cuarentena
Desde Big Poppa, un bulldog que se puso triste por no poder salir a jugar con sus amigos humanos, hasta Harley, el tuerto , los perros han sido grandes protagonistas de este distanciamiento social.
De acuerdo con Jesús Goenaga Peña, psicólogo de la Universidad San Buenaventura de Medellín, la ternura genera una disposición positiva a los procesos cognitivos y al comportamiento de las personas. Y esto, entre muchas cosas, logra llevarnos a bajar los niveles de estrés y ansiedad, por ello resulta tan placentero pasar horas viendo esta clase de contenidos en redes sociales durante este confinamiento.
Hablemos de 'Harley, el tuerto', el héroe canino mexicano
El día de ayer, en México, Harley, el tuerto se convirtió en una noticia viral en pocas horas, probando que los humanos respondemos favorablemente a los estímulos mencionados. Ya sabemos que el pequeño pug de tres años es coterapeuta en el hospital 20 de noviembre, pero, ¿por qué es recomendable este tipo de terapias?, ¿qué hay detrás de ellas? Quién habló con el neuropsicólogo Leonardo Díaz , egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien compartió algunos conceptos para entender la valiosa labor del can.
¿Por qué es recomendable una terapia de esta naturaleza ante un evento como la pandemia que estamos viviendo?
La intervención asistida con animales (IAA) es una aproximación que se remonta a finales de los años 60’s y que se consolidó en 1992 con la fundación de la Asociación Internacional de las Organizaciones de Interacción Humano-Animal (IAHAIO, por sus siglas en inglés). Desde entonces hubo un aumento en la iniciativa para realizar investigaciones científicas y sus respectivas aplicaciones en muchas partes del mundo. A la fecha existe información prometedora en la literatura con respecto a la IAA, por ejemplo, se ha observado que puede reducir síntomas de ansiedad, depresión y conductas agresivas en pacientes psiquiátricos.
Lo destacable de la intervención con Harley, el tuerto, que los especialistas están realizando en el Hospital 20 de Noviembre es que su objetivo es la prevención, se busca que haya una reducción del riesgo a que el personal de salud se expone como consecuencia de los altos niveles de estrés, ya que se sabe que la exposición a estrés de alta intensidad predispone a desarrollar trastornos de ansiedad o depresivos.
¿Cómo se lleva a cabo el entrenamiento o preparación para estos coterapeutas?
Esta pregunta es sumamente importante, porque uno podría asumir que tener contacto con cualquier mascota sería suficiente para sentirse bien, lo cual no es el caso. Estos animales pasan por un método de capacitación específico en el que son entrenados para tener interacción social con humanos.
Lo más común es que los coterapeutas sean perros debido a la facilidad que implica entrenarlos y a su tendencia a socializar con humanos, no obstante, podemos encontrar otras especies en las IAA como gatos, caballos, animales de granja y aves.
¿Existe alguna repercusión en ellos tras brindar este tipo de apoyo?
Las guías de la IAHAIO tienen un apartado sobre el bienestar del animal como parte del proceso de la intervención, con el objetivo de cuidar su estado de salud física y emocional para ser un coterapeuta exitoso.
En estos lineamientos se describe que para la IAA deben considerarse animales domésticos adaptados a interacciones sociales con humanos, para ello un experto en conducta animal evalúa si su temperamento es el adecuado para entrar en el protocolo. Por otra parte, debe haber un veterinario que vigile regularmente su salud, higiene y que mantenga condiciones adecuadas de vida de acuerdo a su especie.
Los profesionales deben estar capacitados en las necesidades y capacidades de los animales, este conocimiento incluye reconocer signos de malestar o estrés, mantener horarios de trabajo breves que eviten la fatiga y marcar los límites de lo que está permitido hacer durante las sesiones sin causar daños en el coterapeuta.
En resumen, el cuidado de los animales debe ser una prioridad para evitar que haya alguna repercusión y que el efecto de la intervención sea óptimo.