El modus operandi de MUCHAS personas, incluida yo, es el siguiente: “Tomo café y luego existo”. La vida sin café para muchos (sino es que para la mayoría del planeta) no funcionaría y no, no estoy exagerando. Espresso, capuchino, americano, latte, macchiato o cold brew, en cualquiera de sus presentaciones, el café es eso que da la fuerza necesaria para arrancar el día como se debe.
Sí, me declaro una absoluta y completa fanática del café. Por eso, cuando mis redes sociales comenzaron a llenarse de una bebida espesa y de consistencia “fluffy” quedé fascinada. Acto seguido, me puse a investigar qué era tal bebida y cómo se preparaba. ¿El resultado? Mi propio café “fluffy”, que por cierto, quedó como obra de arte.