La meta siempre es el paso siguiente
Correr es mucho más que practicar algún deporte, en cada kilómetro avanzado se deja el corazón y el tiempo tiene un nuevo significado al conseguir una medalla. Convertir el maratón en su reto de vida es algo que José María Bolio entiende con claridad, después de luchar contra el cáncer de mama y transformar su historia en el impulso más poderoso.
Palabras pronunciadas con firmeza y un carácter que no oculta la determinación que posee. Así es como se percibe a este corredor cuya voluntad le ha servido para exigir a la mente hacer lo que para otros sería imposible.
Después de conocer aquel estatus de salud durante la preparación para correr un maratón, José María se planteó dos escenarios posibles: dejar que el cáncer lo hundiera o tomar esta experiencia y volverla un trampolín hacia algo más grande.
El resto es parte de esas memorias que cuenta libres de autocompasión. Era octubre de 2015, atravesaba su sesión número 14 de quimioterapia, cuando contra todo pronóstico médico consiguió lo impensable: cruzar la meta. La emoción se vuelve evidente cuando recuerda aquel episodio, que sin ser su mejor tiempo como maratonista, sí ha sido un momento cargado de emotividad que no fácilmente se explica con palabras.
“Tomar la decisión de irme para arriba lo hizo todo más fácil. Si logras poner el corazón para ir a una quimioterapia y resistirla, entonces puedes hacer lo que quieras, porque la cabeza convence al cuerpo”, así describe su proceso José María, un trayecto marcado por el aprendizaje para espíritus inquebrantables.
Reconoce que los retos no son efímeros, no finalizan cuando acaba el maratón. La pasión motiva su camino, una ruta en donde la libertad se vuelve regla, en la mente y en el cuerpo.
Descubre la fuerza que hay en ti, inscríbete al maratón de la Ciudad de México aquí: https://maratoncdmx.com/inscripciones/