El cuadro más importante de Van Gogh llega a Bellas Artes
La influencia de México en el arte va mucho más allá de los alcatraces de Frida Kahlo, las calaveras de Posadas y la forma para hacer foto de Nacho López.
Los colores propios del país han resultado inspiración para grandes artistas; pero no hablamos de la mezcla de tonalidades que crean sus paisajes, flores y frutos, sino de los pigmentos que es capaz de producir. Hablamos del rojo en particular.
Rojo mexicano. El uso de la grana cochinilla en el arte es la exposición que se instalará en los salones del Palacio de Bellas Artes a partir del próximo viernes 10 de noviembre.
Decenas de pintores europeos utilizaron la grana cochinilla a finales del siglo XVI y finales del XIX, aunque la fuerza del color se arrastra de la época prehispánica.
Era la cultura azteca la que extraía a este insecto producido por el nopal y, de las hembras, obtenían el rojo carmín para pintar las plumas de sus penachos. Al ser símbolo de las clases altas y tras la conquista, el pigmento se comenzó a usar para teñir la ropa de la nobleza. Según los historiadores, Tiziano fue quien usó por primera vez la grana cochinilla en un cuadro y de ahí, le siguieron los lienzos de Tintoretto, El Greco, Renoir, Matisse, Rubens y Van Gogh, quien encabeza esta curaduría.
Así, el original de El dormitorio de Arlés llega a México. Se trata del retrato de la habitación en la que permaneció durante su estancia en la ciudad francesa de Arlés y uno de los cuadros que más disfrutó el artista holandés; tanto que realizó tres copias y en los que, a pesar de sus diferentes matices, el rojo predomina. Para el representante del impresionismo, el color es mucho más que una herramienta estética, de ahí la importancia de su decisión por mantenerlo presente, “He tratado de expresar con el rojo todas las pasiones humanas”, le escucharon decir.
Esta exposición pensada desde hace dos años, durante el Coloquio internacional Rojo mexicano, permanecerá abierta al público hasta el 4 de diciembre de este año.