El (ultra exclusivo) restaurante secreto de Disneyland
Desde antes de que Walt Disney pensara en un parque de diversiones, tuvo en mente crear un espacio secreto para entretener a los patrocinadores, corporativos e invitados especiales con los que hacía negocios. La idea se materializó en el Club 33.
Él quería que estuviera cerca de su departamento para poder estar con ellos y disfrutar del lugar. Así que pensaron en el número 33 de la calle Royal. Disneyland ya se había inaugurado en 1964 y tres años más tarde el Club abrió sus puertas, sin embargo, Walt ya no pudo verlo porque murió seis meses antes.
El diseño original lo realizó Lillian, la esposa de Walt, pero a través del tiempo se han hecho varias remodelaciones, ampliaciones y renovaciones; la última, en 2014. Y actualmente se ve totalmente diferente al de 1967. Un ejemplo es la entrada principal, donde se dejó la primera puerta, pero se agregó otra que te lleva a una Corte de Ángeles.
El nombre no sólo se debe a la dirección, sino también a que, en un inicio, Disneyland tuvo 33 patrocinadores. Entre los detalles originales está un elevador francés old fashion que ya no está en uso, pero que se conserva por su historia. Walt estaba de compras con su esposa en Nueva Orleans cuando vio el elevador dentro de un hotel, por supuesto, no se lo quisieron vender y él mandó a hacer una réplica.
También hay un homenaje a la mansión embrujada, pues en la renovación de 2014 se agregaron detalles artísticos de los paseos clásicos de Disney. Los baños son memorables porque conservan las salas old fashion. Además, es el único lugar de Disney donde se puede comprar alcohol, hay una carta de cocteles y mocktails (sin alcohol) y todas las bebidas tienen una garnitura maravillosa.
En la actualidad, es un restaurante de 5 estrellas al que no puede entrar cualquier persona, tienes que ser miembro del Club 33 o conocer a alguno. La membresía cuesta 100 mil dólares más impuestos y, desde 2012, hay una lista de espera que ya llega a 14 años.