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Especial de Verano desktop header.jpg (Foto: Quetzi)

¿Cuántos kilómetros hay que recorrer para degustar un buen vino?

A la altura de los grandes productores del mundo, México capta la atención de los amantes del buen vino que –en compañía de un paisaje enigmático- son el mejor plan para emprender una aventura.
jue 13 julio 2017 11:00 PM
Viñedos
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En la textura, color y olor de una copa de vino, se encuentra también la definición de su lugar de procedencia. Aspectos como el clima o la densidad de la tierra de cultivo, determinan su personalidad. En México, hay destinos que permiten comprobar esta relación y ofrecen al viajero una experiencia integral a la altura de los grandes sitios vitivinícolas del mundo.

Degustar una buena copa, puede ser una experiencia sorprendente; inolvidable es conocer el lugar en el que nacen los cerca de 20 millones de litros de esta bebida que se producen en el país. Nos acercamos a las tres oportunidades para vivir esta experiencia.

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Un viaje a la historia
La primer parada es en el origen. A finales del siglo XVI, un grupo conquistadores españoles llegaron al Valle de Parras y descubrieron aquí un lugar idóneo para el cultivo de la vid. Así que en esta región de drásticos cambios climáticos se estableció la primera bodega vitivinícola del nuevo continente.

A poco más de 130 kilómetros de Saltillo, capital del estado de Coahuila en el norte del país, se encuentra una de las zonas con mayor tradición en cuanto a vino. En este Pueblo Mágico, en el que se percibe una importante tradición colonial en sus calles y edificios emblemáticos, es posible degustar desde una refinada bebida producto de una sofisticada técnica, hasta una artesanal que conservan los métodos tradicionales.

La franja del vino mexicano
Con una creciente popularidad, Baja California se consolida como uno de los destinos enoturísticos más importantes al norte del país. A 30 kilómetros de Ensenada, se ubican importantes valles de cultivo donde se reúnen importantes casas productoras que definen un importante porcentaje de los vinos de origen nacional.

Estos viñedos, se encuentran en la denominada “franja del vino,” una zona geográfica específica que reúne las condiciones climáticas propicias para la creación de vinos de gran calidad.

Además de disfrutar de los productos locales, que se encuentran a la altura de los más exquisitos del mundo, es posible realizar caminatas por los viñedos, y combinar el gusto por el vino con la gastronomía que ofrece la región. También es posible visitar el Museo de la Vid y el Vino, para los interesados en más información sobre la industria y la cultura en torno a esta bebida.

Un mes de fiesta en torno al vino
Desde el pisado de las uvas, has la cata del producto final, en Querétaro se disfruta de las fiestas de la Vendimia, una tradición reciente que busca atraer a nuevos públicos así como a conocedores del producto de la vid. Esta celebración se llevará a cabo los fines de semana a partir del 15 de julio y hasta los primeros días de agosto.

Aquí se encuentran los valles de viñas más emblemáticos de la zona del bajío. Distinto a lo que se piensa de su clima semiseco, esta región es prolífica para la vid y se ha convertido en un popular destino para degustar vino por su cercanía con la Ciudad de México (200 kilómetros, aproximadamente).

Adicional, existen atractivos como la comida típica y quesos frescos producidos en los ranchos aledaños. También actividades y recorridos como la emblemática Peña de Bernal.

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