El paraíso es azul y está cerca de la CDMX
En el Estado de México se encuentra una parte del paraíso: Valle de Bravo. Es un Pueblo Mágico de poco más de 25 mil habitantes, cuya Presa Miguel Alemán o Presa Valle de Bravo –a la que todos llaman “lago”- es imán de miles de turistas que cada fin de semana pasan ahí momentos inolvidables.
Este destino altamente seductor se encuentra a sólo 145 kilómetros de la Ciudad de México. A quienes gustan de los deportes acuáticos les guiñe el ojo con esquí, vela, kayak y pesca; a los más aventureros los conquista con actividades como montañismo, escalada en roca, ciclismo y campismo, o “volar” en ala delta y parapente, mientras que a los de gustos más sofisticados los atrapa con bellos campos de golf.
Con un marco montañoso y un clima templado, cuya temperatura promedio es de 17 grados, chicos y grandes, jóvenes y no tan jóvenes, extrovertidos y tímidos, disfrutan recorriendo las calles empedradas y empinadas de su centro. Casas de estuco blanco, con balcones de hierro forjado y techos de teja roja, son hogares también de galerías, boutiques y deliciosos restaurantes.
Y el epicentro de este paraíso, un lugar verdaderamente reconfortante donde se puede tomar un respiro e incrementar la experiencia, es el Hotel Loto Azul. Rodeado del maravilloso bosque vallesano, es tan cómodo como cálido y sus instalaciones tienen la combinación perfecta entre lujo y tradición. Es este el mejor sitio para descansar y, al mismo tiempo, seguir en movimiento.
Las habitaciones del hotel se encuentran repartidas en un amplio terreno en desniveles. A ellas se llega recorriendo senderos rodeados de árboles y jardines que hacen el camino de lo más agradable. En la intimidad de estos espacios, cada tarde se observa la puesta del sol y no se escucha sino el canto de las aves que regresan a los árboles para pasar la noche.
El restaurante La Cabaña de Loto es un lugar al que debe uno de dirigirse, incluso si no se es huésped del hotel. La buena sazón de su cocina mexicana-internacional, el buen servicio y una vista incomparable, son alimento para el alma.
Boutique, cafetería, alberca, jacuzzi al aire libre con masajes de hidroterapia vigorizante, contribuyen al placer de los visitantes. Además, cuenta con un spa rico en tratamientos para la relajación, tranquilidad y belleza.
Y para antes o después de ir a la plaza, al mercado de artesanías, a la Parroquia de San Francisco, con su original campanario del siglo XVI; a la Reserva de Monte Alto, al Cerro Gordo, al parque Velo de Novia y demás encantos de Valle de Bravo, tomar un temazcal en el Hotel Loto Azul es la mejor manera de purificar el cuerpo, levantar el ánimo y quedar enganchado para siempre con esta parte del paraíso.