Han pasado 200 años desde aquel 31 de enero de 1824 que se promulgó el Acta Constitutiva que reconoce a nuestro país como una República representativa y popular. Ese mismo año tuvimos a nuestro primer presidente, Guadalupe Victoria, y con el más importante cargo público nació una figura que hasta ahora tiene poca definición: la primera dama. Hoy tenemos un primer caballero: Jesús María Tarriba Unger , te contamos todo sobre él.
Desde María Antonieta Bretón, esposa de Victoria, hasta el sexenio pasado habíamos tenido 62 primeras damas. Sin embargo, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel López Obrador, se negó a recibir el nombramiento que se ha perpetuado por usos y costumbres. Incluso, a finales de julio pasado publicó el libro “Feminismo silencioso”, en el que reflexiona sobre “su papel en la historia” a través del silencio como una forma de lucha y resistencia.
Primera dama de México es sólo la denominación ceremoniosa que recibe la esposa del presidente y no conlleva responsabilidad o función alguna por no tratarse de un cargo oficial o nombramiento. Es más, no tiene autoridad alguna y no percibe salario ni ningún otro tipo de compensación. Sin embargo, desde mediados del siglo pasado, las esposas de los presidentes han participado en instituciones públicas, como el DIF, con cargos honoríficos y han acompañado al jefe del Estado en actos oficiales o sociales. No tienen poder político o responsabilidad pública alguna, no obstante, las esposas de los mandamás podrían ejercer un poder fáctico: duermen con el hombre más poderoso del país, tienen acceso a información reservada para el titular del Poder Ejecutivo y podrían influir en la toma de decisiones, de allí la relevancia de seguirlas con lupa.
Incluso, y pese a su derecho a llevar una vida privada, sus estilos de vida se han hecho objeto de escrutinio público y han protagonizado situaciones que se tornaron políticas. El caso reciente más relevante fue la llamada Casa Blanca de Angélica Rivera, misma que orilló al presidente Enrique Peña Nieto a pedir una disculpa pública. “La información difundida causó gran indignación. Este asunto me reafirmó que los servidores públicos además de ser responsables de actuar conforme a derecho y con total integridad, también somos responsables de la percepción que generamos con lo que hacemos (...) Por eso, con toda humildad, les pido perdón”, dijo en 2016 tras revelarse que la lujosa propiedad en las Lomas de Chapultepec en la que vivía la familia fue comprada a Grupo Higa, que firmó contratos millonarios durante su administración en el Estado de México.
El 1 de octubre próximo, después de dos siglos de historia como país independiente, México vivirá un hecho histórico: por primera vez una mujer, Claudia Sheinbaum, tomará las riendas del país y lo hará acompañada de su esposo, el físico Jesús María Tarriba Unger. ¿Quién es ese hombre que vendrá a acompañar a la señora presidenta y confirmará que la lucha contra el machismo ha ganado una batalla más?
Jesús María Tarriba Unger nació el 1 de septiembre de 1962 en Sinaloa, sin embargo, dejó su pueblo movido por su interés por estudiar Física en la Máxima Casa de Estudios de México, la UNAM, sin imaginar que allí conocería a la mujer que cambiaría su vida y el rumbo del país.
Claudia Sheinbaum y Jesús, ambos alumnos muy aplicados, se conocieron en los 80 en el laboratorio de óptica en Ciudad Universitaria. “Fuimos novios como un año y tres meses, algo así”, sin embargo, "la descuidé, la perdí y sí me arrepentí", confesó Jesús en entrevista con Hernán Gómez. Entonces, sus vidas tomaron rumbos muy diferentes.
Tarriba obtuvo su título de licenciatura en Física por la UNAM en 1988 y el de maestría en Ciencias un año más tarde. En 1994, se doctoró en Ciencias con una tesis que fue reconocida con el galardón Weizmann de Ciencias Exactas que otorga la Academia Mexicana al mejor trabajo de titulación. Posteriormente, hizo una estancia doctoral en la Universidad de California, en Irvine.
Sin embargo, laboralmente hablando, Jesús siguió una ruta bien distinta. Aprendió matemáticas financieras de forma autodidacta y arrancó su vida laboral en esta área en la empresa Gaussc. En 1994 obtuvo el puesto de analista cuantitativo en Banamex y en 1997 surgió la oportunidad de irse a España, donde hizo carrera por casi 18 años en Santander hasta obtener el puesto de Director de gestión de riesgos del banco.
En cuanto a su vida personal, Jesús se casó con la antropóloga Martha Tello Díaz, descendiente de Porfirio Díaz y hermana del periodista Javier Tello, e hizo vida con ella en España. Juntos tuvieron una guapa hija, Fernanda Tarriba Tello, quien es maestra en Psicología general sanitaria, bailarina y vive en Madrid con su mamá.
Mientras tanto, del otro lado del Atlántico, Claudia también hizo su vida. En 1987, con 25 años de edad, se casó con Carlos Imaz Gispert, profesor universitario, fundador del Partido Revolucionario Democrático (PRD) y jefe delegacional de Tlalpan en 2004, puesto al que renunció tras ser involucrado en un videoescándalo de financiación ilegal de su campaña con el empresario Carlos Ahumada y el político René Bejarano. Ese mismo año fue exonerado, pero se retiró de la política para recluirse en la academia. Claudia y Carlos criaron juntos a dos niños, Rodrigo (hijo de él con su primera esposa, la antropóloga Sandra Alarcon) y Mariana, hija biológica de ambos. La pareja mantuvo siempre un matrimonio lejano a los reflectores y optó por resguardar la privacidad de sus hijos, especialmente después del escándalo.
Así pasaron tres décadas, hasta que un día Claudia, sentada en el escritorio desde donde gobernaba la entonces delegación de Tlalpan, abrió Facebook y comenzó a mandar solicitudes de amistad a excompañeros universitarios que la red social le recomendaba. Fue así como apareció su ex de los años 80 que le parecía “muy inteligente”. Entonces le dio “Enviar”. Sin dudarlo, Jesús aceptó porque se acordó de todo lo que habían vivido y le “había quedado con el gusanito” de esa relación que él descuidó. Luego de largas pláticas a distancia, descubrieron que seguían siendo los mismos y tenían mucho en común, entre tanto, que ambos estaban divorciados (fue en 2016 cuando se hizo público que Claudia y Carlos ya no estaban juntos).
Coincidentemente, él acababa de terminar su relación laboral con Santander y podía venir de visita a México, no había nada qué perder. Así fue como se reencontraron y, naturalmente, volvieron a ser novios en diciembre de 2016. Desde entonces no se soltaron.
Desde 2017 que regresó a México apostando por su relación con Claudia, Jesús es especialista en modelos de riesgo financiero del Banco de México y, pese a sus apretadas agendas, ha estado con ella en los momentos más importantes de su trayectoria política: desde el arranque de su campaña por la Jefatura de Gobierno, en 2017, hasta ahora que ganó la presidencia de México. Los primeros años lo hizo tras bambalinas, pues fue hasta enero de 2022, en plena reactivación tras la pandemia, cuando hicieron su primera aparición como pareja en el Hospital de Medicina Genómica.
La llegada de un primer caballero despierta más dudas que certezas: ¿Qué rol jugará Jesús ahora que su esposa será presidenta? ¿Será un acompañante? ¿Tomará algún cargo honorífico en alguna institución pública? ¿Aprovechará su expertise para hacer difusión de la ciencia como lo hizo Beatriz con la lectura? ¿Se limitará a ser un consejero de alcoba? o ¿su “nombramiento” vendrá acompañado de una nueva forma de acción de la pareja presidencial en México? Solo el tiempo lo dirá.
