“De conducción he hecho muchas cosas, así que es una arena en la que me siento muy cómodo, me divierto mucho y me la paso muy bien”, asegura Jaime Camil, en entrevista exclusiva para Quién, minutos antes de reunirse con el productor Andrés Tovar para la junta de producción del reality show La Academia, que actualmente conduce.
Antes de convertirse en uno de los actores más populares y exitosos de los melodramas en México, Jaime debutó –precisamente– como conductor. En 1996 estrenó su late night show Qué nochecita con Jaime Camil en la señal de TV Azteca. En aquel entonces tenía 23 años, pero su carisma y su presencia frente a las cámaras ya tenían el sello que, a través del tiempo y de su trabajo, lo convirtieron en un referente de la pantalla chica.
Con el paso de los años, se coronó como un rey de la televisión, ya que además de volverse uno de los presentadores con más proyección en entregas de premios y realities, en la ficción lo ha dado todo, desde el rigor y justa modulación que exigen las telenovelas clásicas, hasta la explosión de su vis cómica y su compromiso para transformarse –literalmente– en una persona diametralmente opuesta a él.