Tato Alexander: su exploración de las contradicciones humanas es ‘No negociable’

Tato Alexander y sus decisiones 'no negociables'

Luego de casi 15 años de carrera frente a las cámaras, Tato Alexander ha ido encontrando que las decisiones profesionales que han dado forma a su historial son consecuentes con sus intereses más personales y, por ello, ahora hay elementos que se han vuelto “no negociables” al momento de sumarse a un proyecto.

“Que haya una propuesta clara de parte de la cabeza de cada proyecto, que tenga claro lo que está haciendo, el tono de lo que quiere contar y lo que quiere contar, las preguntas que está haciendo con el trabajo, y que también dentro de esa claridad haya espacio para el diálogo y la creatividad de los que colaboramos con esa cabeza. Para mí eso es lo más importante”, señaló Tato.

'No negociable': cuando la realidad puede superar la ficción

Con títulos en su haber que tocan distintos géneros como El alien y yo, Guadalupe Reyes, Ahí te encargo, Backdoor, Cómo sobrevivir soltero o La flor más bella, lo que salta a la vista en las historias a las que se ha sumado Tato Alexander es que hay una reflexión sobre la sociedad y los seres humanos que trasciende la anécdota de cada relato.

“La decisión (de elegir un proyecto) siempre descansa en qué tanto me interesan la historia y el personaje. Aunque sean cosas muy distintas, pero si se está contando una historia que a mí me interesa o que considero que se deba hablar de eso o el personaje también tiene cosas que me interesa explorar e interpretar, siempre va a ser un sí de mi parte”, explicó sobre las consideraciones que tiene antes de comenzar un nuevo trabajo.

En este sentido, la película No negociable representa la posibilidad de explorar desde una comedia “oscura, muy ácida y muy sutil”, como la describe la actriz, un momento de hartazgo frente a las autoridades y la realidad que vivimos en México. “La realidad supera la ficción muchas veces y creo que también por eso es importante contar estas historias que tienen que ver con lo político, con la frustración de muchas personas”, explicó.

De esta forma, la película puede leerse como una especie de protesta. “Aunque pareciera que es puro jijijí y jajajá, trae un trasfondo social y político importantes. La gente ha encontrado ahí algo muy catártico que les ha gustado porque la realidad supera la ficción y vivimos en una simulación que nadie entiende”.

Censura y 'cancelación' son fuentes de inspiración para Tato Alexander

Dentro de las cosas que, en lo personal, inspiran a Tato Alexander y que podrían encajar en esa categoría que “nadie entiende” o que parecieran difíciles de entender, está el fenómeno de la “cancelación”, que –a veces, en términos prácticos– supera al de la censura.

“Creo que le corresponde al artista bailar ese tango: la censura es parte ‘importante’ para el arte. Es lo que te vuelve creativo y significa que hay cosas pasando en tu sociedad, que hay contradicciones, que hay diversidad y que hay cosas pasando todo el tiempo. No es una utopía donde todos pensamos igual y nadie nunca se va a ofender de nada. Creo que es también una parte importante de hacer arte. Prefiero que exista cierto tipo de censura o de diferencia de discursos en la sociedad a que todo esté dado y que todos piensen igual”, comentó.

“Y la cancelación la veo muy interesante y nueva; sin duda es algo que estamos viviendo apenas los de nuestra generación; y que da miedo, también”, dijo. Este “escrutinio social” que le genera un poco de miedo a la actriz, por ser “un poquito distópico”, también le resulta interesante porque, ante la cerrazón de algunas voces se generan nuevas conversaciones.

“Muchas veces se plantean opiniones que se pueden llevar muy lejos o, al contrario, pero también es un caldo de cultivo para que se siga hablando de cosas. Porque, si no, estaríamos hablando de lo mismo que hace 100 ó 500 años”, puntualizó.