En junio de 2023, la actriz Naomi Watts y Billy Crudup llegaron a un juzgado civil de Nueva York y se dieron el “Sí, acepto” en una ceremonia muy discreta. Sin embargo, su historia de amor ameritaba un festejo en grande y no había mejor lugar para ello que la CDMX.
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La historia de amor de Naomi Watts y Billy Crudup
La estrella australiana y el actor estadounidense, ambos de 55 años, se conocieron en 2009 en un evento benéfico de Nueva York (cuando ella tenía una relación con Liev Schreiber, papá de sus dos hijos, Alexander y Kai) y se reencontraron en 2016 en el rodaje de la serie Gypsy; allí nació el amor. Sin embargo, fieles a sus discretas personalidades, optaron por mantener lo suyo lejos de las cámaras. Fue hasta 2018 cuando, luego de meses de especulaciones, llegaron tímidamente agarrados de la mano al after party de los BAFTA.
Naomi y Billy encontraron el amor a los casi 50 y había que celebrarlo en grande con la familia y los amigos más queridos. La pareja había estado buscando el lugar ideal para hacerlo, pero en 2023, cuando Naomi estuvo en el Colegio de San Ildefonso en el desfile de Dior, lo tuvo claro: debía ser en México.
Tres días de fiesta
Los festejos arrancaron el jueves 6 de junio con un coctel en el Four Seasons. Allí la espectacular novia usó un vestido de la colombiana Johanna Ortiz.
La capital de México se ha convertido en el hot spot del momento y la celebración continuó el viernes en uno de los íconos contemporáneos de la ciudad: El Rosetta.
Los novios hicieron un buyout del restaurante y Elena Reygadas les sirvió, personalmente, los highlights de su cocina. Empezaron con mariscos y después siguieron con sus famosos tacos de col rizada y los short ribs que la han posicionado como una de las mejores chefs mexicanas, entre otros platillos.
Esa tarde, los 150 invitados de la pareja, entre quienes destacan figuras como Nicole Kidman, Chloë Sevigny, Isla Fisher y Justin Theroux, quedaron fascinados con el menú y la hospitalidad de nuestra gente.
El gran día
Después de dos días llenos de inolvidables momentos, llegó el sábado y lo mejor aún estaba por venir…
La mente creativa detrás de la impresionante boda fue el productor de eventos mexicano Jerónimo Gaxiola, quien es reconocido internacionalmente por crear experiencias inolvidables. Y aunque entre sus clientes hay figuras de alto perfil como la familia real de Lichtenstein y marcas como Hermés y Saint Laurent, su trabajo se distingue por su buen gusto y discreción.
Cada detalle fue cuidado a la perfección y el resultado espectacular. La ceremonia principal tuvo como escenario el Centro Cultural Helénico, cuya arquitectura encantó a los invitados de los novios, quienes se dijeron sorprendidos, además, por la riqueza cultural de la Ciudad de México.
La noche arrancó con la romántica entrada de la estrella de King Kong a ritmo de Can't Help Falling In Love por un pasillo iluminado por luces de velas. Guapísima, caminó del brazo de su hijo Alexander en un elegante vestido diseñado por Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior, especialmente para ese momento. La pieza Dior Haute Couture, confeccionada en tul bordado blanco con perlas iridiscentes, fue pensada a la perfección para ella: una mujer guapa, en su edad, sin pretensión alguna de aparentar otra cosa y con una sencillez deslumbrante.
En el altar la esperaba Billy, quien minutos antes entró acompañado también por su hijo William, a lo que los invitados aplaudieron con emoción.
El momento más emotivo llegó con los votos de los novios, ambos agradecidos por haber encontrado el amor a esa edad y, con gran sentido del humor, pidieron a sus invitados no perder las esperanzas, pues ellos, a sus 55, se estaban casando con el amor de sus vidas.
El evento fue creado con mexican vibes y, no menos espectacular, fue la salida de los recién casados a ritmo de El son de la Negra interpretado por un mariachi integrado por 20 mujeres que le dieron un toque de emoción e hicieron sentir a México en las entrañas.
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En la cena se sirvieron platillos mexicanos como entradas y para el plato fuerte los invitados pudieron escoger entre carne y pescado.
Las flores elegidas para la boda fueron unas nubes gigantes suspendidas de gypsophilia y peonias, clásicas para una novia como Naomi. Uno de los detalles que los invitados apreciaron fueron las servilletas bordadas con sus nombres que asignaban el lugar de cada uno.
Los novios no podían ocultar lo enamorados que están y en todo momento se dejaron ver felices y con muy buen sentido del humor. Había mucho que celebrar y los reunidos allí lo sabían.
Otro momento especial fue cuando los novios hicieron una torre de champaña y los buenos deseos para los recién casados no se hicieron esperar. Sin embargo, el regalo más emotivo se los dio Kai, la hija de Naomi, cuando les cantó Make You Feel My Love de Adele acompañada de otra familiar.
Los novios armaron el ambiente y nadie paró de bailar hasta las tres de la mañana.
Naomi y Billy dejaron al día siguiente la CDMX, pero encantados con México aprovecharon para arrancar su luna de miel en nuestro país.