La semana pasada Britney Spears se reencontró con una persona muy importante de su pasado durante un viaje a Las Vegas en el que estuvo acompañada por su hermano Bryan.
La princesa del pop se reunió en secreto en el hotel Resorts World con su ex prometido Jason Trawick, quien tuvo un papel importante en los primeros años de la tutela legal que controló la vida de la cantante durante más de una década.
De todos los ex de la cantante, todo apunta a que Jason es a quien tiene en mejor consideración, y es fácil de comprender.
Su novio de la adolescencia, Justin Timberlake, le fue infiel y divulgó ante el mundo entero que habían tenido relaciones sexuales, sin importarle que en público Britney siguiera sosteniendo que era virgen, su primer esposo Kevin Federline le ocultó que estaba esperando un hijo con otra mujer cuando se conocieron, y su segundo esposo Sam Asghari no supo quererla de forma incondicional, o al menos eso asegura ella.
Jason, por el contrario, se convirtió en su gran apoyo en la sombra durante el tiempo que estuvieron juntos, de 2009 a 2013, y aunque siguen manteniendo una relación muy cordial, actualmente son sólo buenos amigos.
Él vive ahora en Las Vegas y Britney siempre había querido regresar a la ciudad donde realizó una residencia de cuatro años solo como turista, así que tiene sentido que aprovecharan para verse en persona.
En el mundo del entretenimiento se le conoce por haber representado a Hilary Duff, Taylor Swift o Paris Hilton, entre otras celebridades, y su camino profesional se cruzó con el de Britney en 2006. Su relación profesional no se convirtió en algo más hasta tres años más tarde, aunque sobre su historia de amor siempre planeó la sombra de la duda.
Algunos fans siguen creyendo que Jason era un espía al servicio de Jamie Spears, el controvertido padre de la artista, que le informaba de todo lo que ocurría en su vida privada.
Jason siempre ha negado que su noviazgo fuera un montaje, y en una entrevista de 2023 también defendió la tutela legal que se le impuso a su ex.
En su opinión, durante el tiempo que compartió con Britney, ella necesitaba sin duda alguien que supervisara sus finanzas, y cree que Jamie tenía la mejor de las intenciones con su hija, al menos al principio.
De hecho, fue el padre de Britney quien lo despidió eventualmente explicándole que debía elegir entre ser el representante o el novio de su hija. Jason decidió la última opción, aunque reconoce que nunca se sintió cómodo con la fama que cargaba por ser el novio de Britney, y admite que su carrera sintió las consecuencias. Aun así, la acompañó en dos giras mundiales y también aparece en el videoclip de su canción 'Criminal', interpretando al novio que la rescata de una relación abusiva.
Jason acabó formando parte de la tutela legal de Britney, en el rol de co-tutor, por petición de la cantante, ya que eso reducía la cantidad de papeleo que necesitaban realizar antes de viajar juntos, y Jamie estuvo de acuerdo. El ex de Britney nunca ha querido dar detalles sobre su ruptura, pero admite que resultó muy duro, en especial porque tuvo que despedirse de los dos hijos de la artista, a quienes conocía desde que eran unos bebés.
Curiosamente, en aquella misma entrevista Jason reconoció que no seguía en contacto con su ex, así que no está claro cuántos años habían pasado desde que hablaron en persona por última vez antes de su reencuentro de hace unos días.
