En 2020, los españoles Enrique Ponce y Paloma Cuevas anunciaron su separación de manera oficial (era un secreto a voces que el torero había encontrado el amor en una guapa joven de Almería llamada Ana Soria).
Aunque la pareja llevó la separación en total hermetismo por el bienestar de su hijas Paloma y Bianca, cuatro años después se ha revelado el acuerdo al que llegaron luego de una civilizada negociación y un balance de sus negocios.
Según informa el medio español Vanitatis , la pareja se dividió de manera justa y sin ningún desacuerdo sus sociedades y propiedades, pues el dinero nunca fue un problema en su relación: "Es lo que ocurrió con Cetrina Sociedad Limitada, la empresa a través de la que el torero gestiona su gran finca en Jaén, que cuenta con explotación agrícola y ganadera, y durante un tiempo también con un negocio de elaboración de aceite gourmet en el que Paloma Cuevas se involucró especialmente. La empresa se ha puesto al día y ha actualizado su balance de cuentas de los dos últimos ejercicios, lo que ha revelado el hecho de que Paloma sigue teniendo un 0,02% del capital social de la sociedad, 10 participaciones".
El medio detalla que los dos, en su calidad de socios, se reunieron el 30 de junio de 2023 en la propia finca. El torero, en calidad de titular de 58.990 participaciones, y Paloma, como titular del resto. Ponce actuó como presidente de la Junta General de Socios, y Paloma, como secretaria. Ambos socios revisaron y mostraron su conformidad con las cuentas presentadas.
De acuerdo con el mismo medio, Cetrina tiene pérdidas por 146,000 euros y un patrimonio negativo de cerca de medio millón de euros, motivo por el que el torero vendió en 2022 40 hectáreas con 3,000 olivos, por el que recibió casi 900,000 euros.
Vanitatis reporta que el mismo año, el torero vendió también otra propiedad y por ella ganó 1,891,900 euros. Además, se ha hecho público que pidió préstamos con garantía hipotecaria por seis millones de euros.
