Tras la pandemia, los conciertos y festivales han sido una de las industrias que regresaron con mayor fuerza. Sin embargo, no todos los artistas de talla internacional que pisan México pueden presumir de salir victoriosos y con una sonrisa dibujada en la cara de sus fans.
Michael Bublé puede presumir de esta hazaña. El canadiense conquistó la Arena CDMX y a sus más de 14 mil asistentes en su segundo lleno consecutivo en la capital del país después de triunfar en Monterrey.
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Encantador, galán y muy divertido: esos son los adjetivos que describen perfectamente al cantante. "Estamos en México, no en Estados Unidos, hablemos español aquí", comentó Michael al inicio del show ante los aplausos de todos los presentes.
Bublé es uno de esos artistas que hace un esfuerzo genuino por conectar con sus fans en un diálogo íntimo, cercano: "Buenas noches. Mi nombre es Michael Bublé. Soy el que embruja. Estoy muy feliz de estar con ustedes esta noche", platicó entre risas el canadiense como si se tratara de una advertencia.
"Les prometo darles un gran show. Esto no es un concierto, es una fiesta con mi familia. Es súper divertido para mí, porque puedo practicar mi español con ustedes", comentó el intérprete, que está casado desde 2011 con la argentina Lusiana Lopilato.
Michael arrancó la noche con el éxito Feeling Good y encendió todo el lugar. El canadiense ofreció un recorrido por sus temas más emblemáticos y no se cansó de interactuar con el público con un humor bastante picante: “Sexy mamá. Me es difícil concentrarme con mujeres con pechos grandes”, bromeó.
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Además, en un momento inesperado de la noche, una pareja decidió comprometerse en pleno concierto, provocando la euforia del público y del mismo Bublé: “Felicitaciones, es hermoso. Estoy muy feliz por ustedes, muy romántico. Será una noche muy sexy. Tendrán muchos hijos, eres mi héroe hermano”, comentó.
La cúspide de la noche se vivió cuando Michael cantó una selección de temas de Elvis Presley, a quien llamó su más grande ídolo. Acompañado de sus músicos y tres coristas, el cantante no necesitó más para llenar el escenario, donde su voz lució más que cualquier espectáculo pirotécnico o ballet.
Disfrutamos de este increíble concierto desde un lugar privilegiado: una suite diamante en la Arena Ciudad de México. Ver a tu artista favorito desde aquí es una verdadera gozada: un amplio menú para disfrutar de tu platillo y bebida preferida, baños privados, una sala de espera, frigobar, capacidad para 28 personas y definitivamente la mejor vista de todo el inmueble.