A pesar de la tristeza, los ataques de pánico y los reclamos que pueda generar entre sus millones de fans en toda Latinoamérica, Anahí podría anunciar su retiro definitivo de los escenarios muy pronto.
Las señales son muy claras. Durante los conciertos de la gira Soy Rebelde Tour, la cantante y actriz de 40 años ha dejado ver que, con estos shows, está cerrando un capítulo en su vida, quizás el que durante mucho tiempo fue el más importante, pero que ahora llegará a su fin.
Y es que, en 2023, Anahí ya no es la estrella juvenil que entre 2004 y 2006 se convirtió en un fenómeno global gracias al impacto que tuvo la telenovela Rebelde y el inesperado éxito que significó para ella y para sus compañeros el grupo RBD.
Ni tampoco es la misma actriz que, en 2012, hizo una pausa en su carrera, tras terminar la historia de Dos Hogares, para dedicarse a protagonizar su propia vida y construir su propio hogar al lado de Manuel Velasco, con quien comenzó a salir ese año para casarse después, en 2015, y convertirse en mamá con el nacimiento de sus hijos Manuel y Emiliano.
Cuando en 2012 y con 29 años de edad, Anahí anunció que se alejaba de la industria del entretenimiento, sin importar que era una de las actrices y cantantes más famosas y seguidas de México (durante mucho tiempo fue la celebridad mexicana con más seguidores en redes sociales), quizá muchos olvidamos que en ese momento ella tenía ya casi un cuarto de siglo de carrera, ya que comenzó a actuar en 1988 en el programa Chiquilladas y, a partir de entonces, prácticamente no dejó de trabajar.
Además, mientras venían nuevos proyectos y su fama crecía, también lo hacían las presiones a las que las figuras juveniles son sometidas por la maquinaria del espectáculo y a Anahí esta situación le pasó factura. Enfrentó problemas de salud relacionados con desórdenes alimenticios de los que salió adelante con ayuda profesional y el apoyo de su familia, pero que supusieron una llamada de atención a la que afortunadamente hizo caso a tiempo.
“Quiero decirles que para mí este tour es el regalo más bonito, porque es el reencuentro con mis hermanos y con ustedes, y es el inicio de la despedida que nunca pude tener. Gracias por todo, por todo, con todo mi corazón, siempre los llevaré aquí”, dijo Anahí recientemente en uno de los ya habituales mensajes llenos de emotividad y significado que la cantante dirige al público que abarrota los foros en los que se presenta RBD con el Soy Rebelde Tour.
Esa “despedida que nunca pudo tener” puede referirse al adiós que, en su momento, la banda integrada originalmente por Anahí, Maite, Dulce María, Poncho, Christian y Christopher no pudo tener y que quedó como una deuda con sus fans, pero que también habría significado el final de una etapa para ella como artista, como ídolo juvenil, para abrirse a otras oportunidades tanto profesionales como personales.
Ojalá pudiéramos detener el tiempo… Nos cuesta aceptar q esto ya es una despedida.
— Elena ✨ (@AnahiForSpain) October 7, 2023
Pero también sabemos que tu felicidad está por encima de todo y de eso estamos convencidos.
Ahora es momento de saltar, cantar y reír contigo.
Para todo lo demás, siempre estaremos aquí @Anahi ❤️🩹 pic.twitter.com/ftMeDXX1Zs
“Gracias a Dios por su vida, gracias a Dios por esta noche, gracias Dios por RBD, gracias Dios porque este tour se logró aunque parecía imposible. Gracias, gracias por permitirme despedirme de lo que más he amado hacer en mi vida... ¡los amo!”, mencionó otra de estas noches desde el escenario y frente a los miles de fans que, en su mayoría y al igual que los integrantes del grupo, ya no son los mismos adolescentes que veían las aventuras de Mía Colucci y compañía en la televisión.
En ese sentido, esta gira de despedida de RBD se siente como una segunda adolescencia o el cierre de un ciclo que tardó en llegar pero que ahora, al menos para Anahí, podría significar su retiro definitivo de los escenarios, de la música y, probablemente, de la actuación. Éstas, naturalmente, son sólo posibilidades. Falta que un anuncio definitivo y oficial salga de la boca de la cantante y, entonces, sólo quedará respetar su decisión, aunque millones de voces sientan la necesidad de suplicarle que no lo haga y de gritarle ¡Sálvame!, sabiendo que ya no habrá vuelta atrás.
