Hace año y medio, la recién fallecida Talina Fernández y José Manuel Fernández Borbolla iniciaron una relación amorosa y hace seis meses se “casaron” a escondidas mediante una ceremonia simbólica que ofició un sacerdote, amigo de la familia.
Así fueron los últimos momentos de Talina Fernández antes de morir
Pareja de Talina Fernández relata las últimas horas de la conductora
Su hoy viudo de 80 años externo su sentir ante la partida de la comunicadora el pasado 28 de junio en un hospital de la Ciudad de México, víctima de leucemia. Dijo que se siente triste porque ella fue lo mejor que le pasó en la vida.
“Le doy gracias a Dios que ya descansó, tuvo una agonía muy fuerte, llevaba una semana en un grito. Llegamos al hospital, empezaron a darle calmantes, pero tenían que ir de menos a más y ella en un grito”, recordó en declaraciones a la prensa a las afueras de la casa donde fueron velados sus restos.
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Contó que la noche previa a su muerte, los dolores incrementaron: “Estaba tan mala, me tocó a mí toda la noche. Fue impresionante que en toda la noche no encontraba postura… se sentaba, se acostaba, se daba vuelta. El sufrimiento fue pavoroso, no se lo deseo a nadie”.
José Manuel revela lo que más extrañara de Talina Fernández
Sin embargo, destacó que su vida juntos fue fabulosa y que extrañará mucho su compañía. “Su trato, su plática, su amenidad que tenía. Me dejó más bien pendientes porque según ella me iba a llevar a Egipto a ver las pirámides y un viaje en el Nilo”.
José Manuel Fernández también platicó cómo vivió con ella el cariño que en todo momento le manifestaba el público cunado la veía en la calle. “Era impresionante, así como ustedes (la prensa) que se vienen en bola, la gente igual. Yo me hacía a un lado, pero me jalaba y me decía: ‘tú eres mi pareja, vente para acá’. Fue muy agradable, muchos me dicen: ‘es que hiciste feliz a Talina’, y ella a mí”.
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Con respecto al día en que se casaron de una manera simbólica, dijo que el padre Fede les dio su bendición a través de una oración. “Fue todo. Fuimos a Tequisquiapan porque ahí vive el padre, y estuvimos ocho días”.