No es como en ‘Emily in Paris’: Así se ve París en la vida real

Sin embargo, todos deberíamos saber que Hollywood es especialista en crear imágenes idílicas o estereotipadas de los lugares y de la gente con el fin de enfatizar las emociones que quiere explotar con respecto a determinado lugar. De ahí que París siempre aparezca (en especial en la serie de Netflix) retratada como una ciudad llena de luz y de colores, en la que la gente se ve sofisticada, feliz o relajada, y en la que cada escenario está dispuesto para que pueda surgir el romance entre dos personas.

Pero por la misma razón y durante décadas, México ha sido injustamente representado con paletas de colores cálidos (por no decir áridos) donde predominan los tonos sepia. Así que, por lo menos, Paris ha sido una ciudad "consentida" y a la que han tratado muy bien. Tanto, que para muchos puede ser un shock la primera vez que llegan a ella y la descubren en toda su magnitud.

Emily in Paris: La serie vs. La realidad

Aunque no buscamos descalificar o reprobar la libertad artística con que se recrea un lugar y su gente, sea para bien o para mal, en estos momentos consideramos necesario echar un vistazo a la realidad que vive París y sus habitantes, quienes se encuentran en medio de un acalorado debate social y político caracterizado por constantes manifestaciones y huelgas que, como consecuencia, han convertido a la capital francesa en un escenario diametralmente opuesto a la imagen de ensueño presentada por Emily in Paris.

La situación actual que se vive ahí reivindica la tradición combativa y la importancia histórica de esta urbe en la que se desarrollaron movimientos ciudadanos tan importantes como la Revolución francesa, que acabó con la monarquía en dicho país, o las protestas estudiantiles de Mayo del 68, sólo por mencionar un par.

Una de las constantes más marcadas en la serie Emily in Paris, es cómo se muestran las calles de la capital francesa, en las que se nota que hasta los extras pasan por el riguroso departamento de vestuario de la producción, además de que se enfatiza la proliferación de terrazas durante la primavera y verano para aprovechar del buen clima mientras se come o se disfruta una bebida refrescante.

Lo cierto es que en las calles de París, sobre todo en la época de calor, lo que más se ve son turistas en ropa cómoda y looks desenfadados que hacen interminables filas para entrar a los museos más reconocidos de la ciudad como el Louvre.

Otra singuralidad mostrada por la historia protagonizada por Lily Collins es lo tranquilas y limpias que se ven las calles en las escenas en las que la actriz aparece caminando en distintos rincones de la ciudad.

En contraste, es bien sabido que París es una ciudad con tráfico a toda hora del día y que, en la actualidad y debido a las huelgas de los trabajadores de limpieza, por las calles se acumulan bolsas de basura con las que los habitantes y turistas tienen que lidiar mientras van a sus lugares de trabajo o pasean.

Los looks de Lily Collins en Emily in Paris

El vestuario que tanto la protagonista de la serie como sus compañeros del elenco han llevado de las tres temporadas que hasta la fecha están disponibles en Netflix de Emily in Paris es uno de los aspectos más emblemáticos de la historia. En gran medida la asesoría de la stylist Patricia Field, vestuarista de Sex and the city, es la clave para que en cada escena Emily y el resto de los personajes parezcan salidos de un editorial de moda y que los espectadores pasemos por alto el tiempo y dinero que una persona "normal" debería invertir para tener un guardarropa como el que visten todos en cada episodios del programa.

Y sí, las boinas han sido una costante a lo largo de las tres temporadas de Emily in Paris, pero hay que señalar que este es un accesorio que utilizan sobre todo las turistas y que es totalmente ignorado por los habitantes de la Ciudad luz.

El personaje de Emily, una joven estadounidense dedicada al marketing con un gran expertise en redes sociales y que, sin hablar francés, logra un éxito tras otro, exacerba el concepto de que París es la capital de la moda ya que sin proponérselo ni explicarlo, en cada escena tiene un outfit como salido de la pasarela que en la vida real sería muy difícil ver, a menos de que se tratara de una celebridad llegando a una alfombra roja.

Sin embargo, es este elemento fuera de toda proporción lo que -además de la complicada vida romántica de la protagonista- enganchan al televidente con una historia que llega a rayar en la fantasía en aspectos prácticos, pero que pone sobre la mesa temas de actualidad como las relaciones personales y su interferencia o relevancia con respecto al desarrollo profesional de los individuos o la ética profesional vista desde distintas perspectivas sociales.

Así se ve París en la vida real

Emily in Paris es una serie que reflexiona sobre aspectos universales como el amor, la amistad, la honestidad, el trabajo, los sueños y la toma de decisiones que se ubica en una ciudad que tradicionalmente ha sido idealizada por la ficción, pero que en la realidad es uno de los sitios donde el debate político y social ha estado -desde siempre- más activo y donde, además de ser una capital artística, cultural y punto neurálgico para la industria de la moda y el lujo, también es un testigo y termómetro de los cambios que vive la humanidad, ya sea porque se dan de forma "natural" o porque la sociedad los reclama -incluso- de forma violenta.

Así que mientras Emily y Mindy (Ashley Park) toman un café en una terraza dispuesta en una apacible calle parisina, en la ficción...

En la realidad -y en la actualidad- una manifestación se esté llevando a cabo como reclamo por las políticas del gobierno.

Y que mientras en Emily in Paris los monumentos (como la torre Eiffel) sean los testigos mudos de complicadas historias de amor entre los personajes del programa...

En la vida real den cuenta del estado de ánimo de una sociedad que ve su ciudad más que como un escenario de ensueño, como el lugar para hacer escuchar sus exigencias.