Estas son las cinco mejores telenovelas de Rebecca Jones y te decimos por qué

Tras debutar en 1982 en El amor nunca muere, en una historia protagonizada por Christian Bach y Frank Moro, llegó su gran oportunidad en una de las telenovelas que hicieron historia en México, El maleficio, al lado de otros grandes actores como Ernesto Alonso, Jacqueline Andere, Norma Herrera, Humberto Zurita y Erika Buenfil.

Pero fue en 1986, cuando participó junto a un elenco multiestelar encabezado por María Rubio en Cuna de Lobos, un fenómeno mediático sin precedentes, el momento en que Rebecca desplegó sus dotes para el melodrama clásico junto a otras estrellas como su esposo durante muchos años, Alejandro Camacho, Gonzalo Vega y Diana Bracho. Y aunque en todas las historias que participó demostró la calidad de actriz que siempre fue, gran parte de su legado se lo debe al tino que tuvo para ser parte de proyectos que marcaron momentos significativos en la televisión mexicana en un género “acartonado”, como es el de las telenovelas, pero que ha tenido saltos y una clara evolución en los que estuvo presente la fallecida actriz.

Hacer un ranking para calificar el trabajo de una actriz como Rebecca Jones, quien estuvo frente a las cámaras durante más de cuatro décadas, y demostró talento y profesionalismo en todos los sets en los que se paró, podría parecer injusto para armar una selección de cinco títulos. Por ello destacaremos aquellas producciones que marcaron momentos importantes tanto para la carrera de la actriz como para la televisión mexicana.

Cinco telenovelas imperdibles de Rebecca Jones

5. Cabo

Quizá la última telenovela en la que participó Rebecca Jones no marque un antes ni un después en la televisión mexicana, como otras historias en las que estuvo la actriz. Sin embargo, en esta producción de José Alberto El Güero Castro, en la que dio vida a Lucía, quedó de manifiesto el profesionalismo y la entrega que Rebecca siempre tuvo con cada uno de los proyectos en los que trabajó.

La salud de la actriz se había venido debilitando después de su diagnóstico y remisión del cáncer, pero esto no le impidió que tanto el productor confiara en ella para sumarse a la historia, como que ella diera lo mejor de sí en el que a la postre se convertiría en su último crédito en una telenovela. Una recaída la hizo retirarse de las grabaciones para ser hospitalizada y ya no pudo regresar al foro, pero el empeño que puso en este proyecto es digno de reconocerse.

4. Para volver a amar

En 2010, Rebecca Jones participó en esta producción a cargo de Giselle González y Roberto Gómez Fernández, en la que quizá como nunca antes un melodrama exploró lo que sucedía después del “final feliz” al que las telenovelas acostumbraron al público durante décadas. ¿Qué ocurre con las parejas cuando el matrimonio sobrepasa el periodo de la luna de miel y comienzan a transcurrir los años? ¿El amor eterno y la familia ideal son reales?

Esta historia retrató temas como la infidelidad, el amor o las decepciones, que son características del melodrama, pero también puso bajo la luz y frente al gran público otros como la violencia física y psicológica, así como los prejuicios y miedos que enfrentan –sobre todo las mujeres– con respecto a darse una segunda oportunidad para establecer nuevas relaciones de pareja en la edad adulta. Antonia, el personaje de Rebecca Jones en esta historia, es la directora de una agencia de bienes raíces quien impulsa a otras mujeres a tomar las riendas de su vida y construir las oportunidades que sus circunstancias les habían negado.

3. El ángel caído / La sonrisa del Diablo

Aquí englobamos dos telenovelas protagonizadas por Rebecca que destacan por centrarse en la historia de la villana o la antagonista: El ángel caído, de 1985, y La sonrisa del Diablo, de 1992. En ellas, la actriz despliega todos los recursos que una figura del género del melodrama desarrolla para construir personajes impactantes y entrañables.

La diferencia es que en estas dos historias, la figura central son mujeres con mentes criminales, capaces de eliminar a quien se atraviese en su camino con tal de conseguir sus propósitos. Tanto María de los Ángeles como Déborah cometen asesinatos, son manipuladoras, calculadoras y se alejaron por completo del arquetipo de “dama joven” de las telenovelas, cuya narración es enamorarse del guapo inalcanzable y casarse con él al final.

2. La vida en el espejo

En 1999, varias figuras de Televisa como Gonzalo Vega, Sasha Sokol y la propia Rebecca Jones se cambiaron de televisora y protagonizaron La vida en el espejo, una historia que se alejó de los esquemas de la telenovela clásica y, por el contrario, presentó un drama intimista (aunque ligero) sobre un triángulo amoroso entre un hombre casado (Vega) y su esposa (Jones) y la tercera en discordia (Sasha).

Además de mostrarle al público mexicano que había ya otras opciones para consumir historias de ficción en la pantalla chica, Rebecca Jones le dio una multidimensionalidad al personaje de Isabel, ya que además de ser una “esposa engañada”, que afrontaba la situación muy alejada del llanto fácil del melodrama, era cabeza de una familia de clase alta con un hijo homosexual, una hija rebelde y con sobrepeso, en un mundo lleno de prejuicios de clase, y que se enfrentaba a una nueva realidad.

1. Cuna de lobos

Los televidentes que vivieron el fenómeno de Cuna de lobos, telenovela transmitida entre 1986 y 1987, saben que –como se ha dicho hasta el cansancio– “México se paralizaba” para encender la televisión y ser testigo de las intrigas de Catalina Creel, de la forma en que evadía la justicia y de cómo dominaba su clan con mano de hierro en función de sus intereses.

En esta historia, Rebecca Jones interpretó a Vilma, esposa de Alejandro y nuera de Catalina, quien al ser incapaz de tener hijos acepta la propuesta de su marido para fingir un embarazo y robar el hijo que Alejandro tiene con Leonora (Diana Bracho) para poder recibir la herencia de la familia.

Cuna de lobos es considerada por gran parte del público y por los expertos como la mejor telenovela mexicana de todos los tiempos. En ella, la figura central de Catalina Creel y su parche en el ojo, encarnada por la primera actriz María Rubio, puede apreciarse el nivel más alto del melodrama, con personajes arquetípicos, bien definidos y que gracias al talento de sus intérpretes daban cátedras de actuación en muchas de las escenas que se volvieron icónicas.

Con su actuación, Rebecca Jones muestra a Vilma como una marioneta, una esposa trofeo, bajo los designios de su esposo, una mujer frágil pero que soporta de manera estoica las circunstancias del mundo en el que se mueve, recurriendo a las mentiras y la disimulación, hasta que es evidenciada por su suegra en una escena apoteósica que es recordada por los amantes de las telenovelas, en la que Catalina Creel le clava una varilla de metal en el vientre para dejar al descubierto que su embarazo es un engaño.

Como dato curioso, hace años trascendió que Televisa intentó hacer una nueva versión de Cuna de lobos en la que Rebecca Jones interpretaría el personaje de Catalina Creel. Un paparazzo logró captar a la actriz caracterizada con el emblemático parche en el ojo en una locación, pero el proyecto no fructificó. En 2019, se estrenó una versión de la telenovela, reducida a 25 capítulos, con la española Paz Vega en el papel de Catalina.