El pasado fin de semana Beyoncé hizo su gran regreso a los escenarios por primera vez en cinco años en la inauguración de un nuevo y lujoso hotel de la cadena Atlantis en Dubái. Se rumora que cobró 280 mil dólares por cada minuto de su actuación, una oferta difícil de resistir que, sin embargo, muchos de sus fans creen que debería haber rechazado.
Los Emiratos Árabes Unidos tienen leyes estrictas contra la homosexualidad y el colectivo LGBTIQ+ que no ha visto con buenos ojos que la artista haya elegido precisamente Dubái para ofrecer un concierto tan esperado.