Hace más de dos años, Ale Capetillo empacó una maleta llena de ilusiones para emprender un viaje lejos de su familia y, sin hasta ahora fecha de retorno. No estaba entre sus planes dejar México para radicar en Madrid, pero consciente de que las oportunidades a veces ocurren una sola vez en la vida, la joven de 23 años recibió la bendición de sus papás, Biby Gaytán y Eduardo Capetillo, y se lanzó a la aventura.
Aunque la influencer siempre tuvo la inquietud de radicar en otro país para explorar otras culturas y costumbres, nunca imaginó que se le hiciera realidad más pronto de lo posible.
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“Soy mexicana y siempre lo presumo con orgullo, pero desde adolescente tuve ese bicho de jugármela, de experimentar lo que es trabajar y ganarme el dinero al mismo tiempo que estudiar. Al principio quise irme a Estados Unidos para iniciar la carrera de Administración de Empresas, pero no se pudo y empecé en México. Sin embargo, justo a la mitad del ciclo, me llegó la oportunidad de ir a España y sin pensarlo, dije: ‘sí, aceptó’. Dos semanas después, ya estaba allá”.
En entrevista exclusiva con Quién, Ale Capetillo nos contó que al llegar a Madrid, cada noche temblaba de miedo y se pregunta una y mil veces si había hecho lo correcto o si había decidido abruptamente sin analizar los riesgos, pros y contras de vivir a miles de kilómetros lejos de su familia y amigos cercanos.
Una mujer de 23 años teniendo una vida adulta
“Hay quienes me dicen: ‘Tu vida es como de película con un camino de rosas’, pero pasé noches con crisis severas de ansiedad”, dijo. Por fortuna, hoy el panorama es totalmente distinto. A más de dos años de distancia, Ale Capetillo retomó su carrera en Madrid y trabaja con una marca de moda; además, en redes sociales y YouTube se ha posicionado como una de las influencers con mayor credibilidad entre la juventud. Desde hace un año es novia de Nader Shoueiry, un chico libanés del que está profundamente enamorada.
“Yo creo que la gente me sigue porque se identifica con mis aspiraciones, con tener sueños y lograrlos, pero no es fácil ser una persona pública. Aunque siempre trato de compartir lo positivo y pareciera que tengo una vida perfecta, no es así. Hay días que la tristeza me invade y me pongo a llorar. La realidad es que llevo una vida con muchísima presión y pocas veces hago pausas.
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“Aunque agradezco mucho tener trabajo y escuela, lo cierto es que soy una mujer de 23 años teniendo un vida adulta y no es sencillo organizarse en dos mundos. No busco que mis seguidores me vean como alguien que todo el tiempo es absolutamente feliz, sólo quiero decirles que pese a tener un mal día, siempre se debe hallar lo bonito de todo, eso es lo que cuenta. Hay a quienes no les parece lo que opino o ciertos consejos que doy, pero te acostumbras a no agradarle a todos”.
Así es su actividad diaria en Madrid
A diario se levanta a las 7 de la mañana para pasear a su perro Bobby (un cocker spaniel). Después hace ejercicio o corre; al terminar se baña, desayuna, se va a la universidad, regresa, y saca de nuevo a Bobby para luego irse a trabajar y salir a las 8 de la noche. Ya en casa, de nuevo pasea a su perro, a veces sale un rato con su novio y procura dormir temprano para repetir las mismas actividades al día siguiente sin olvidar atender su canal e Instagram con stories o algo en el feed.
En un futuro no muy lejano planea abrir su propia casa de modas porque el diseño también es algo que le gusta y tiene talento gracias a varios cursos que ha tomado. Por lo pronto, trabaja para la marca Mon&Pau, cuyas dueñas son las mexicanas Mónica Sánchez Navarro, Paulina Lebrija Hirschfeld y Tatiana Arelle.
Aunque no quiere ponerle sal ni azúcar a las cosas antes de que sean una realidad, Ale ya tiene pensado el concepto de su propia marca y, ante todo, busca lo básico, que sea cómoda para la mujer y con prendas versátiles.
“Mis papás me han dado varios consejos, pero el principal es siempre tener los pies plantados sobre la tierra. Aunque ambos tienen una gran trayectoria, yo no he conocido a seres humanos más humildes que ellos. Hoy valoro los principios que me dieron aunque los extraño muchísimo, también a mis hermanos. Ha sido muy duro ver crecer a Manuel y Daniel y no estar ahí cerca. Seguido hacemos FaceTime pero no es lo mismo, ya es más de un año que no los abrazo. De Ana Pau y Eduardo me siento muy orgullosa, soy su fan número uno, he visto las series en las que están y me impacta el desempeño de su trabajo, son espectaculares, los amo”.
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Viajará a México para que Nader conozca a Biby y Eduardo
Será el 29 de diciembre próximo cuando Ale Capetillo llegará a México para visitar a su familia y presentarles a su novio Nader con quien este miércoles está celebrando su primer año de noviazgo pero sin planes de boda.
“Él ya me llevó a Líbano a conocer a su familia y ahora es importante que yo le presente a la mía, sobre todo porque somos muy tradicionalistas. Nader llegó cuando menos lo esperé, cuando menos abierta estaba a una relación. Es muy caballeroso y educado, siempre me ha tratado como una princesa y eso me conquistó además de su esencia; no paro de reír con él, somos grandes compañeros y tiene grandes valores”.
Aunque hace unas semanas trascendió que podría casarse con él debido a que recién le entregó un anillo y que, de ser así se podría convertirse al islam, la religión que con mayor porcentaje se practica en Líbano, Ale aclaró que está muy joven para pensar en boda.
“El anillo es un detalle lo mismo que si me hubiera regalado un collar y no hay nada detrás, no es un tema de compromiso sino de cariño. Tampoco pensamos en tener bebés ni en vivir juntos, mi único bebé es Bobby (quien no viajará a México) y el de él es Charly, un labrador que le acabo de regalar, así estamos bien”, concluyó.