Emily in Paris está de regreso a pesar de haberse convertido en la serie que todo el mundo odia, pero nadie se pierde. Le pese a quien le pese, ha sido uno de los grandes éxitos de Netflix y mañana regresará a la plataforma con su tercera temporada.
El último episodio dejó a la protagonista en una encrucijada laboral y sentimental, así que no resulta arriesgado vaticinar que desde la última vez que la vimos se habrán producido cambios importantes en su vida. Y también en su vestuario.
La serie ha sido muy criticado tanto por los clichés sobre los franceses que ha perpetuado sin pudor como por la forma en que se vestía la protagonista Lily Collins. Quienes conocen la capital parisina, saben que sus tacones de vértigo no son lo más recomendable para sobrevivir en sus calles, y sus coloridos atuendos tampoco son la norma entre los habitantes de la ciudad.
Por lo que hemos visto en los traileres promocionales, este último punto no ha cambiado; en todo caso, Emily será todavía más atrevida. Sin embargo, su compañero de reparto Lucien Laviscount, que interpreta a Alfie, reveló que en esta nueva temporada habrá muchas más piezas vintage o sacadas directamente de tiendas de segunda mano.
Se trata de una estrategia de los responsables de vestuario para alejarse de los nombres más conocidos en el mundo de la moda y apostar por nuevos diseñadores, apoyando así la diversidad en la industria.
Tampoco se trata de algo nuevo. La diseñadora de vestuario Patricia Field, que trabaja como consultora en la serie creada por Darren Star, incluía a menudo piezas sacadas de mercadillos en los famosos outfits de Carrie Bradshaw en 'Sex and the city' junto con prendas de archivo de colecciones célebres del pasado.
