Alondra de la Parra, Eugenia León, Concha Buika y Pitingo enamoran a CDMX

La velada fue mágica, la sucesión de voces de la mexicanísima Eugenia León, de la ecuatoguineana-española Concha Buika y del español Pitingo llenó de colores sonoros al Coloso de Reforma. La tradición auditiva mexicana del repertorio de artistas como Armando Manzanero y Juan Gabriel fueron reinterpretadas por varios arreglistas, incluido el australiano Gordon Hamilton.

Olé México GNP surgió en la mente de Mane de la Parra, quien le pidió a su hermana que crearan un espectáculo en el que retomaran la música con la que crecieron, pero engalanada con tintes de voces gitanas, flamencas, españolas… para crear un crisol internacional, pero que no perdiera la esencia de la lírica y el compás nacional.

El nuevo lenguaje que le dieron a las composiciones inmortales de María Grever, Álvaro Carrillo, Arturo Vázquez, Manuel Esperón o Agustín Lara, llevaron a los oyentes por historias de amor, de ruptura, de viajes a la España del ayer y por la pasión que caracteriza a la Patria de la Ñ con canciones como La mentira, No, Cucurrucucú paloma, Cuando vuelva a tu lado, Adoro y Sabor a mí.

Tras un intermedio, Eugenia aseguró que poder pisar el mismo escenario que De la Parra, Concha Buika y Pitingo la hacía temblar de la emoción, por lo que celebró con Amorcito corazón y, al lado del español, El Andariego. Luego la ecuatoguineana-española se adueñó del entarimado, con su voz llena de sentimientos y potencia.

Le pidió a todo el auditorio que lleve un mensaje de igualdad por el mundo, que las "experiencias vividas" tengan más peso que las banderas o los idiomas, para "vivir sin miedo". Alondra muy conmovida resaltó que en esta gala se sintió en familia y exaltó también la hermandad que siempre unirá a México y España.

Entonces Concha Buika ofreció uno de los momentos más emotivos, con su entonación de Amor eterno, que fue la muestra de que la artista canta con el corazón en la garganta y enamoró tanto que logró poner de pie a las ocho mil almas presentes. Antes ya había provocado la emoción con Paloma Negra.

Ya para el cierre del concierto sonó una canción que "costó sangre", aceptó Alondra, la composición de un veracruzano que nunca fue al lugar que la inspiró, una orquesta mexicana que no es cercana al folclore ibérico, la voz, sentimiento y talento de Pitingo, los arreglos de un australiano, así como la destreza de De la Parra para ofrecer por bulerías la famosísima Granada.

El sentimiento puramente español, otro experimento más en la sentida presentación, se adueñó de la atención y con la tesitura del gitano sonó Échame a mí la culpa. Antes de cerrar, como un regalo a la labor de difundir la cultura de Alejandro Baillères y GNP sonó la letra inédita, autoría de Concha Buika y Alondra, Vivir es increíble.

Con la presencia en el público del arreglista Marco Godoy, así como del productor Mane de la Parra y, entre los músicos, el virtuoso Alexis Cárdenas, para el cierre de Olé México GNP las voces de los tres cantantes y la batuta de De la Parra se unieron para ofrecer como número final Hasta que te conocí, pero la gente pidió otra y Alondra regaló la máxima, El huapango de Moncayo para ahora sí decir adiós.