Tras llegar a un acuerdo definitivo para disolver legalmente su matrimonio, Kim Kardashian siente que tanto su ex esposo, el rapero Kanye West, como ella han hecho todo lo posible para sentar las bases de una relación mucho más pacífica y constructiva de cara al futuro.
La estrella de televisión recibirá 200.000 dólares mensuales del cantante para sufragar los gastos diarios de sus cuatro hijos en común, cuya custodia física y legal se divide de forma equitativa entre ambos.
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Kim y Kanye tendrán que ponerse de acuerdo, eso sí, en aspectos claves del bienestar integral de sus hijos, tales como su educación y el tiempo que deberán pasar con sus respectivos papás.
Fuentes de su entorno aseguran que la socialité está muy satisfecha con los términos del divorcio, que en teoría otorgan los mismos derechos a ambos papás pero, al mismo tiempo, también reconocen que la empresaria juega un papel importante en lo que al día a día de los menores se refiere, de ahí que a Kanye se le hayan atribuido fundamentalmente responsabilidades económicas.
"Todo lo que Kim ha hecho no ha tenido otro objetivo que el de beneficiar a sus hijos. Quiere ser la mejor mamá posible en coordinación con Kanye. Ambos tienen la custodia compartida de los niños, pero está claro que Kim es la que pasa la mayor parte del tiempo con ellos. Eso es algo que el propio Kanye admitió", señaló un informante en conversación con el portal de noticias E! News.
Según el acuerdo, que reveló TMZ, Kim y Kanye obtendrán la custodia compartida con "igualdad de acceso" a sus cuatro hijos. Aunque los documentos dicen igualdad de acceso, fuentes cercanas a la ex pareja aseguraron que Kardashian tendrá a los niños la mayor parte del tiempo. Incluso West aceptó que Kardashian ya tiene a los niños el 80 por ciento del tiempo.
En cuanto a las propiedades, la división de los bienes se hace de acuerdo con su contrato prenupcial, en el que estuvieron de acuerdo tanto Kim como West renunciaron a la manutención conyugal. Se sabe que Kardashian ha estado al límite durante el último año con Kanye, quien se había negado a participar en la resolución del divorcio.
Kardashian solicitó el divorcio en febrero de 2021 después de siete años de matrimonio. El proceso se estancó porque West se negó a comprometerse. Kim acudió a los tribunales en marzo pasado para obtener un decreto oficial que pusiera fin al matrimonio, y tanto la custodia como la propiedad se resolverían en una fecha posterior, que ya llegó.