Margot Robbie se ha convertido por derecho propio en una de las actrices más demandadas del cine, gracias a su talento, versatilidad y profesionalidad.
De hecho, para calmar los nervios durante el rodaje de la película que la consagró como estrella, 'El lobo de Wall Street', la intérprete australiana no dudó en tomar medidas poco ortodoxas, pero muy efectivas, para mantener la compostura.
Poco antes de ponerse delante de las cámaras prácticamente desnuda, en esa escena en la que su personaje se quita toda la ropa excepto sus tacones y medidas, la artista se tomó dos tragos de tequila para sacudir toda la tensión que tenía en el cuerpo. Asimismo, Margot trató de convencerse de que nadie le prestaría demasiada atención durante el visionado de la cinta, dado que en esa época todavía era una actriz relativamente desconocida para buena parte del gran público.
"No voy a mentir, me tomé dos tragos de tequila antes de grabar esa escena porque estaba nerviosa, muy nerviosa. Sinceramente, suena un poco tonto ahora, sabiendo que la película acabaría siendo enorme. Pero en esos momentos yo pensaba: 'Nadie se va a percatar de que estoy en este filme. No importa lo que haga porque todo el mundo va a estar centrado en Leo [DiCaprio]'", confesó a su paso por una mesa redonda organizada esta semana por los Bafta.
La estrella del cine también reveló que Martin Scorsese, director del aclamado largometraje de 2013, insistió en incluir una escena concreta en la que Margot debía aparecer en unas escaleras. Y es que, a juicio del veterano realizador, "toda gran película" ha de presentar a los espectadores una secuencia de tales características.
"Cuando hicimos esa escena en la que salgo corriendo escaleras arriba, Martin Scorsese me dijo que toda gran película debe tener una escena con escaleras. Es algo que le he contado a muchos directores desde entonces", añadió.
