Durante años, la pareja formada por Tom Brady y Gisele Bündchen fue celebrada por los logros profesionales de cada uno y por el retrato de familia perfecta en que se convirtieron después de casarse en 2009 y de tener dos hijos, además de integrar al primogénito de Tom, quien es fruto de la relación que tuvo con la actriz Michelle Monaghan. Uno de los aspectos que más llamaba la atención en torno a la vida de esta power couple era las propiedades que compraron o que construyeron para vivir o vacacionar en distintas ciudades de Estados Unidos y fuera de este país. Sin duda, la joya de la corona, del portafolio de bienes raíces que formó parte de su patrimonio fue la mansión que mandaron construir en Massachusetts, cuando la estrella de la NFL jugaba con los Patriotas de Nueva Inglaterra. Ahora que el deportista y la supermodelo firmaron su divorcio, esa inmensa casa que posee todas las comodidades y caprichos que cualquier persona podría imaginar se encuentra a la venta y, junto con ella, parte de la historia de una de las parejas más mediáticas de los últimos tiempos.
Así es la mansión que venden Tom Brady y Gisele Bündchen en Massachusetts
La mansión que Tom Brady y Gisele Bündchen construyeron en Massachussets y que tiene una superficie superior a los 900 metros cuadrados, es una propiedad con todas las comodidades que una familia podría imaginar: enormes jardines, alberca, un bosque propio, una cabaña, acabados de lujo, gimnasio, spa, amplias habitaciones, una cocina y desayunador bañados de luz natural.
Y mientras tanto, Gisele ya tiene otra casita:
La casa, que cuenta con cinco habitaciones y siete baños, se levanta en un terreno de más de 20 mil metros cuadrados, por lo que en realidad le sobra espacio para moverse y perderse libremente en sus extensas áreas verdes llenas de vegetación perfectamente cuidadas.
En imágenes difundidas por el sitio Drivepedia, se aprecia el vestíbulo de la casa que conecta con una sala de estar con techos altos en la que destaca una lámpara de bronce que cuelga del techo. Decorada con muebles minimalistas y la presencia de flores blancas, este espacio equilibra y anuncia el estilo lujoso y acogedor que reina en el resto de la propiedad.
La cocina cuenta con gabinetes personalizados, con un fregadero estilo casa de campo y mesas con losas de mármol. Este era uno de los espacios en los que Gisele acostumbraba a tomar fotos de ella, Tom y sus hijos y que aparecían publicadas en sus redes sociales. El espacio, sin duda, inspira a crear platillos y comidas completas en las que desde una persona hasta un ejército de cocineros puede trabajar de forma simultánea en el amplio espacio con que cuenta la cocina. La firma Joan Behnke & Associates fue la encargada de la decoración del lugar.
Cuentas claras, amistades largas:
Y si la cocina es un lugar en el que se puede echar a volar la imaginación, el comedorcon sus techos altos y el candelabro al centro del salón que cuelga sobre una mesa redonda, es un espacio que invita a la convivencia, al disfrute de los platillos que salgan de la cocina y a conversaciones que sigan el curso de las horas y el cambio de la luz que entra por el enorme ventanal que ve hacia los jardines de la casa.
Junto a la cocina se encuentra un desayunador que cuenta con ventanales de piso a techo y un techo de vidrio que le permite recibir toda la luz de la mañana mientras conecta con las extensas áreas verdes que rodean la casa.
El spa de la mansión es otro de los espacios que refleja el bienestar que, en su momento, buscaban Tom y Gisele para ellos y para sus hijos, ya que el lugara cuenta con espacio para una mesa de masajes, baño y un pequeño patio que se convierte en un rincón zen en el que destaca una figura de Buda.
Sin resentimientos:
Como remate a todas las excentricidades que caracterizan a esta idílica mansión, hay que mencionar la cabaña o granero que se encuentra en los jardines y en cuyo interior se encuentra la que era oficina de Gisele y una sala de estar más íntima que también cuenta con una excelente vista de las áreas verdes.