La pareja formada por Jennifer Lopez y Ben Affleck cumplió su sueño de llegar al altar el pasado mes de agosto, pero desde mucho antes tanto la cantante como el actor y director ya se encontraban trabajando en la forma de hacer que la unión de sus respectivas familias fuera lo más natural y satisfactoria posible.
Así enfrentan Jennifer Lopez y Ben Affleck el reto de ‘fusionar’ sus familias
Ambos se aseguraron de que los cinco hijos que tienen por separado, los gemelos Max y Emme que Jennifer tuvo con su ex esposo Marc Anthony, así como Violet, Seraphina y Samuel, fruto del matrimonio de Ben con Jennifer Garner, se conocieran a fondo y empezaran a desarrollar sus lazos afectivos para facilitar la transición.
Señora tradicional pero con familia moderna:
Ahora, aunque queda mucho trabajo por hacer, Jennifer dijo estar muy contenta por el buen resultado que ha tenido esta integración hasta este momento.
"La transición es un proceso que tiene que ser manejado con mucho cuidado. Son adolescentes y tienen sentimientos muy intensos. Pero por ahora todo va muy bien. Lo que espero cultivar con nuestra familia es la idea de que sus hijos tienen en mí a una aliada y que mis hijos tienen un aliado en él, ya que es alguien que les quiere y desea lo mejor para ellos", dijo la diva del Bronx en una entrevista que dio a Vogue.
¿Es una mala jefa?
Otro tema que preocupa a la cantante, pero que sabe que sus hijos han aprendido a vivir y lidiar con él, es la forma en que se desmarcan de ella y de la atención que genera por su nivel de celebridad.
De acuerdo con la intérprete de On the floor, sus hijos Max y Emme han adquirido, a sus 14 años, unos niveles de autonomía que no dejarán de aumentar con el paso del tiempo. Eso implica, como reveló la propia Jennifer, que los adolescentes rechazarán con frecuencia la compañía de su famosa mamá para estar con sus amigos y expresar su propia identidad.
"No voy a negar que a veces hiere mis sentimientos. Pero lo comprendo: quieren pasar tiempo con sus amigos y no sentirse vigilados, perseguidos o fotografiados.
“Es lo normal, nadie se queja, pero reconozco que no siempre me sienta bien", reconoció la también actriz de 53 años en relación con el escrutinio mediático que genera su persona y el efecto que tiene sobre los miembros de su familia.