Kourtney Kardashian rompió en llanto al hablar con franqueza sobre los estragos, físicos y mentales, del tratamiento de Fecundación In Vitro (FIV) al que se sometió para tener otro hijo.
La fundadora de Poosh, de 43 años, habló abiertamente sobre sus planes de tener un bebé con su esposo Travis Barker, por lo que la pareja recurrió a la FIV con la esperanza de embarazarse.