Sylvester Stallone y su esposa Jennifer Flavin protagonizaron uno de los escándalos sentimentales más destacados del pasado verano. Poco después de que saliera a la luz que el actor de 76 años había reemplazado un tatuaje de su mujer con otro de su perro, la prensa estadounidense reveló que Flavin había iniciado los trámites para divorciarse cuanto antes del protagonista de Rambo.
Solo un mes después de darse a conocer la noticia, el matrimonio logró resolver sus diferencias y finalmente sus abogados desecharon todos los preparativos del proceso judicial. El actor de Hollywood no podría sentirse más emocionado con el desenlace tan positivo de una etapa tan tormentosa, hasta el punto de reconocer ahora que experimentó un "nuevo amanecer".