Tom Brady, el mariscal de campo más ganador en la historia del Super Bowl con siete anillos está viviendo su peor pesadilla, luego de que varios reportes dieran a conocer que su todavía esposa, Gisele Bündchen estaría iniciando los trámites del divorcio ante una serie de desacuerdos que empezaron a partir de que el jugador de 45 años decidió anunciar su regreso a la NFL 40 días después de haberse retirado.
Cristiano Ronaldo, ¿el 'culpable' de la crisis de Tom Brady y Gisele Bündchen?
Ahora bien, la situación se ha ido complicando con el paso de los días, ya que el quarterback de Tampa Bay Buccaneers se quedó con las ganas de ver a su pareja en el palco en los partidos que han jugado como locales en la presente campaña, ya que el malestar de la modelo brasileña se agravó, incluso en una entrevista que ofreció a la revista Elle confesó que le hubiera gustado que su esposo estuviera más presente en la vida familiar junto a sus dos hijos.
"No hay vuelta atrás ahora. Ya tienen abogados y están analizando lo que implica una separación: quién se queda con qué y cuáles serán las finanzas", fue parte de lo que publicó Page Six en días pasados, dejando muestra de que la situación es mucho más delicada de lo que parecía un simple rumor.
Pero hay un pequeño factor al que muchos usuarios de redes sociales han volteado a ver y es aquí donde Cristiano Ronaldo entra en la historia. El atleta de 45 años le dijo adiós a los emparrillados el 1 de febrero del 2022, pero el 12 de marzo estuvo presente en el partido donde Manchester United se midió a Tottenham y el atacante portugués marcó tres goles.
Una vez que terminó el partido ambos deportistas fueron captados hablando y las versiones apuntan que cuando Cristiano le cuestionó sobre su adiós a la NFL, Brady no supo qué decir, terminando la plática con el rostro desencajado.
Es justo ese momento el que se sugiere como el punto de inflexión para que unos días después el mariscal de campo de Buccaneers diera marcha atrás informando que estaría de regreso en esta temporada, pero nunca tomó en cuenta que mientras la vida le sonreiría por un lado, por el otro su esposa lo tomaría de la peor forma, al grado de vivir en casas separadas y con la firme convicción de divorciarse.