El exfutbolista David Beckham fue captado por las cámaras de televisión la tarde de este viernes esperando pacientemente en la inmensa cola que se ha formado en los alrededores del palacio de Westminster para que los ciudadanos presenten sus respetos a la fallecida Isabel II.
David Beckham hace fila como un ciudadano más para ver el féretro de Isabel II
Llevando un traje negro y una gorra con la que tratar de pasar desapercibido ante la multitud, el que fuera jugador del Manchester United y el Real Madrid se veía serio a medida que avanzaba lentamente en la fila. Como subrayó esta mañana el gobierno británico, nadie podrá evitar esta larga espera accediendo con un pase prioritario al gran vestíbulo del parlamento, con independencia de su popularidad, prestigio profesional o los servicios previamente prestados a la política.
El marido de Victoria Beckham fue uno de los deportistas que se expresó con mayor emoción a la hora de enaltecer la figura de la difunta monarca, quien falleció el pasado jueves en su residencia escocesa de Balmoral. El también empresario quiso agradecer públicamente a la soberana sus más de 70 años de trabajo como principal referente de la nación, una labor desempeñada con la "dignidad" y la "gracia" que siempre la caracterizaron como jefa del Estado.
"Estoy profundamente apenado por la muerte de Su Majestad, la Reina. El hecho de que todos nos sintamos devastados hoy refleja lo mucho que significó para la gente de este país y de todo el mundo. Nos inspiró enormemente con su liderazgo y nos reconfortó cuando los tiempos eran duros. Hasta sus últimos días, la reina sirvió a su país con dignidad y gracia. Este año pudo saber de primera mano lo mucho que la querían. Mis pensamientos y oraciones están con la Familia Real", escribió hace una semana en sus redes sociales.
Nadie podrá saltarse la cola para presentar sus respetos ante Isabel II, ni siquiera los diputados
Miles de personas han pasado toda la noche esperando para presentar sus respetos ante el féretro de Isabel II en Westminster Hall y a las ocho de la mañana la hilera de personas se extendía a lo largo de cinco millas a orillas del río Támesis, con un tiempo de espera que supera las once horas.
El gobierno británico dejó claro desde un primer momento que no se toleraría que nadie se saltara la cola ni que se hicieran turnos, y no se harán excepciones por nadie. Los políticos que quieran despedirse de la soberana tendrá que ponerse a la misma kilométrica fila que el resto del mundo, según se ha confirmado a través de un comunicado de la Cámara de los Comunes.
"Desgraciadamente, basándonos en el número de personas que se espera en los próximos días, no es posible abrir más el acceso sin el riesgo de que afecte al acceso de los ciudadanos que están en la cola".
La prioridad absoluta es garantizar que el mayor número posible de miembros del público puedan acceder al interior del salón donde descansa ahora mismo la soberana porque muchos de ellos han viajado desde otras partes del país expresamente para ello.
"No queremos de ninguna manera poner en peligro su capacidad de pasar por Westminster Hall introduciendo presiones adicionales sobre los números".
Varias figuras políticas pasaron por Westminster Hall antes de que se hiciera público este anuncio, como la primera ministra Liz Truss, el líder laborista Keir Starmer y los antiguos primeros ministros Theresa May, Gordon Brown y Boris Johnson.