Están por cumplirse dos meses desde que Shakira y Gerard Piqué anunciaron oficialmente su separación y, durante las últimas semanas, la cantante colombiana ha buscado por todos los medios que sus hijos, Milan y Sasha, pasen unas vacaciones de verano tan normales como las que cualquier niño podría tener (excepto, quizás, por viajar en avión privado).
Y es que, además de los problemas de la ex pareja, cuyo truene se dio entre rumores insistentes de infidelidades por parte del futbolista del club Barcelona, sobre la intérprete de Bruta, ciega, sordomuda pesa un caso de evasión fiscal por el que las autoridades hacendarias de España piden hasta ocho años de cárcel de encontrarla culpable.