Nunca es fácil adaptar una obra literaria a las necesidades de la gran pantalla, y más si el escritor o escritora en cuestión pretende que la versión audiovisual de su creación esté en total proporción con el relato impreso. Eso es lo que ocurrió, según lo reveló ahora la actriz Dakota Johnson , con las películas basadas en la saga literaria Cincuenta sombras de Grey.
La autora de los libros, E.L. James, dispuso de un gran control creativo en los rodajes, en lo relativo al guión y también en lo que respecta a planos y secuencias. Se trataba de una condición indispensable para que cediera los derechos de la historia y evitar así que los filmes se alejaran de la esencia de su relato.