El que fuera una de las grandes estrellas del R&B, R. Kelly, fue condenado este miércoles a 30 años de cárcel por la justicia estadounidense por dirigir durante décadas una red de tráfico y abusos sexuales contra adolescentes y mujeres. Casi un año después de que fuera declarado culpable de los seis cargos que pesaban sobre él, el autor de I Believe I Can Fly recibió la sentencia con la cabeza baja, en la misma actitud que prácticamente mantuvo a lo largo de unas cuatro horas de audiencia.
"Estoy agradecida de que Robert Sylvester Kelly está lejos y estará lejos y no podrá herir a nadie más", dijo una de las víctimas del condenado, de 55 años, Lizzette Martínez, a la prensa que aguardaba fuera del tribunal federal de Brooklyn. La condena es superior a los 25 años de cárcel que solicitaba la fiscalía, que alegaba que el ganador de tres premios Grammy, con más de 75 millones de discos vendidos, todavía "representa un serio peligro público".