Casi hasta el último momento, cuando se hizo evidente que los rumores acerca de su supuesta crisis tenían una base muy real, Kim Kardashian y Kanye Wets parecían hechos el uno para el otro.
Él se presentaba como el genio incomprendido y ella ejercía de musa y esposa devota que lo apoyaba en sus batallas contra el resto del mundo.
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Otro factor importante a la hora de analizar su compatibilidad es que ella vio legitimada de alguna forma su propia relevancia a través de la de su esposo. Gracias a Kanye, Kim pasó de ser vista como una celebridad de tercera, a convertirse en un icono de estilo que aparecía en la portada de Vogue.
Sin embargo, de puertas para dentro la realidad era muy diferente. Aunque el nuevo reality que Kim protagoniza con su familia se está emitiendo ahora, en realidad se grabó hace meses y gracias a ese desfase temporal pudo documentar lo que ocurrió en las semanas inmediatamente posteriores a que ella solicitara el divorcio.
Su decisión tomó a muchos por sorpresa y el propio Kanye se negó a aceptarla inicialmente, pero Kim insiste en que hacía tiempo que se había vuelto evidente que no había solución a sus problemas.
"Si la gente supiera cómo era mi relación realmente, creo que se preguntarían: '¿Cómo duró tanto tiempo? Fue una farsa'. Pero puedo vivir conmigo misma sabiendo que hice todo lo humanamente posible para intentar que la situación funcionara, y he podido marcharme absolutamente libre de culpa", le confesó Kim a su hermana Khloé en el más reciente episodio.
Las primeras grietas en su historia de amor se hicieron evidentes cuando Kanye inició su polémica campaña a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que estuvo marcada por fuertes salidas de tono. El músico llegó a comparar a su entonces suegra Kris Jenner con Kim Jong-un y reconoció que había querido que su antigua esposa abortara cuando se enteró de que estaba embarazada de su primogénita North.
En aquel momento Kim rompió por primera vez el silencio para recordar que Kanye padece un trastorno bipolar y pedir cautela a la prensa a la hora de hacerse eco de sus declaraciones.