El cantante Justin Timberlake se ha unido al cada vez más numeroso plantel de artistas que han optado por desprenderse de los derechos de explotación de sus catálogos musicales, por supuesto recibiendo a cambio sumas millonarias con las que asegurarse un más que cómodo futuro.
Justin Timberlake vende todo su catálogo de música
En el caso del exintegrante de NSYNC, su amplio repertorio de discos y sencillos acabará en manos del fondo de inversión Hipgnosis, una vez expire el contrato de distribución que el intérprete mantiene con Universal Music, cuya vigencia se prolongará hasta el año 2025. El valor de la operación se cifra en unos 100 millones de dólares, según informa el medio especializado Variety.
El autor -o coautor- de canciones tan representativas del pop de los últimos 20 años como Cry Me A River, Sexyback, Rock your Body y Can't Stop the Feeling se beneficiará así de una tendencia cada vez más extendida en la industria estadounidense, comprensible entre otras razones por la notable caída en los ingresos que produjo la pandemia del coronavirus con cancelaciones de conciertos.
Bruce Springsteen vendió recientemente sus derechos de autor a la multinacional Sony por una suma de 500 millones de dólares, mientras que Bob Dylan, cuya principal fuente de ingresos en los últimos años procedía también de sus actuaciones en directo, hizo lo propio con Universal en una transacción cifrada entre los 300 y 400 millones de dólares.
La reina del rock, Tina Turner, optó el año pasado por ceder el control de sus creaciones al grupo BGM, recibiendo en consecuencia alrededor de 300 millones de dólares.