A las 20:50 horas María José, en medio de fuegos artificiales, apareció en el escenario del Auditorio Nacional para arrancar su concierto on su himno para pedir respeto a las mujeres, más oportuna que nunca. En el Coloso de Reforma el eco de Las que se ponen bien la falda fue monumental.
Para seguir con su fiesta, que desde el primer minuto fue energética, siguió con No soy una muñeca, con arreglos que la hicieron sentir más moderna que nunca. "¿Cómo estamos Auditorio Nacional?", saludó, antes de revelar que este es su tercera vez en el recinto y que ha estado ahí en otras 12 ocasiones. Siguió con Duri, duri.
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"Estoy muy feliz y agradecida por esta noche, las que hemos vivido aquí y las que vienen. Hoy es mi primera noche al 100 por ciento porque ya no hay restricciones, aunque el cariño siempre fue total. Esta noche vamos a vivir de todo. Bienvenidos, soy toda suya. Me voy a entregar a ustedes, entréguense a mí", dijo, al tiempo que reveló que perdió un arete.
Ese no fue el único problema, también sintió que su body, en yuxtaposición de animal print y cristales, se había abierto de la parte trasera, pero al final fue una falsa alarma. Para continuar deleitando a sus fans ofreció Adelante corazón, que fusionó con Frente a frente. Luego, con ayuda de una invitada especial alzó la voz con Rosas en mi almohada.
Para continuar cuestionó a todos cómo les había ido en el amor durante la pandemia y se dio cuenta de que hubo lo mismo separaciones, que embarazos y algunos disfrutaron el encierro, por lo que "para quienes descubrieron que su princesa o su rey no era lo que pensaban", les dedicó Castillos, que hizo famosa Amanda Miguel.
Pero la noche apenas empezaba, con un cambio de ropa, La Josa ofreció sus mejores movimientos, acompañada de sus ocho músicos y cuatro bailarines deleitó con Me quedo aquí abajo. Entonces llegó una de las favoritas, Sólo el amor lastima así, su versión del éxito de Paloma Faith, que reversionó para el soundtrack de A la mala.
Me gusta estar en el Auditorio, me gusta mi ciudad. Es increíble poder estar en casa, en una ciudad en donde todo pasa, hay conciertos para todos, Justin Bieber está tocando ahorita, ¡saludos! A México vienen muchos artistas porque somos un público muy entregado y somos materia de exportación
María José, cantante
La interprete quiso demostrar esa pasión interpretando las joyas que tomó prestadas de la música de los 80 para hacerlas suyas, como Hábito de ti, Evidencias, Habla ahora y Derroche, tras la que aprovechó para cambiarse una vez más de ropa y continuar su set list con Te besé, Ya no me acuerdo más de ti, Lo que tenías conmigo y Me equivoqué.
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Presentó luego al Buitre y les pidió a todos que no lo perdieran de vista. "Quiero que piensen en alguien que aman mucho, posiblemente no sea tu pareja, puede ser que ames a tu vecino, que ames más a tu amante, pero puede ser tu mejor amiga, tu mamá, tu primo…", explicó. Entonces hizo una videollamada con alguien del público, aunque al principio no salió muy bien.
La afortunada de recibir el llamado de La Josa fue Karen que estaba viendo Netflix, pero que dejó de hacerlo muy emocionada para escuchar Elamor manda. "Diviértanse mucho y disfruten a La Josa", les pidió la niña a los 10 mil presentes. A lo largo de su recital, a María José la iluminaron las luces de miles de celulares y sorprendió con la potencia de su voz.
Con la energía a tope, tras una breve pausa para cambiar de modelito,La Josa, que se notó muy emocionada, continuó con otra favorita, Un nuevo amor. En el filo del escenario y dándole la mano a sus seguidores, les cantó con todo el sentimiento Él era perfecto. La noche no podía estar completa si no sonaba Este hombre no se toca y por eso fue la siente elegida.
Un popurrí con éxitos de siempre fue la delicia para todos, que incluyó El amor coloca, Tu ya sabes a mí y Mi amor, amor que marcó el principio del final. Como no podía ser de otra manera su salida falsa la marcó con No soy una señora. Volvió ante la insistencia del público para cerrar la velada con La ocasión para amarnos y Prefiero ser su amante, a las 22:57 horas.
Antes de despedirse definitivamente, María José reveló por qué la gente debía estar al pendiente de su músico, el Buitre, y es que éste regaló una sudadera que cayó a la altura de uno de los balcones. También su hija salió a ver al público de su mamá y el momento se convirtió en la excusa perfecta para una multitudinaria selfie.