Kevin Spacey ha pasado cinco años alejado de la actuación al margen de un par de vídeos grabados por él mismo, en los que retomaba su personaje de la serie House of Cards y que difundió a través de Instagram como una especie de macabra felicitación navideña.
Sin embargo, quienes apostaron que su carrera no se recuperaría de las acusaciones de acoso realizadas en su contra podrían haberse precipitado.
En el marco del Festival de Cannes se estrenó el trailer de su nueva película, Peter Five Eight, en la que da vida a un asesino en serie y que irónicamente se está promocionando bajo el eslogan: "El culpable siempre paga el precio". También ha rodado un drama histórico titulado 1242 – Gateway To The West, que está buscando distribuidora.
Queda por ver si estos proyectos marcan o no su regreso a la meca del cine que le dio la espalda cuando el también actor Anthony Rapp aseguró en 2017 que Spacey lo había invitado a una fiesta en su domicilio cuando tenía 14 años, en la que intentó forzarlo supuestamente a mantener relaciones sexuales aprovechando que el menor de edad se encontraba ebrio.
Aunque los abogados del intérprete siempre han sostenido que Rapp no fue invitado a la celebración y que ni siquiera mantenía una relación estrecha con Kevin Spacey, ese testimonio abrió una puerta aparentemente cerrada hasta entonces.
Varios empleados del teatro londinense Old Vic, del que fue director artístico entre 2004 y 2015, aseguraron que el actor utilizaba su posición de poder para obtener favores sexuales de los jóvenes actores prometiéndoles papeles de peso en las próximas producciones.
Otro hombre afirmó que le había agredido sexualmente cuando tenía 18 años después de que se conocieran en un bar en 2016 y el actor le emborrachara a propósito, aunque más tarde la supuesta víctima retiró la demanda civil que había interpuesto en su contra.
A lo largo de ese 2017 las historias similares se sucedieron entre sí. La polémica que generaron se tradujo en el despido automático de Spacey de House of Cards y en su sustitución en el último momento por Christopher Plummer en la película Todo el dinero del mundo.
