Sonrientes, abrazados y con las llaves en la mano: así posan Adele y su novio, el agente Rich Paul, delante de su nueva mansión a las afueras de Los Ángeles, situada en un vecindario que cuenta con otros ilustres residentes como Justin Bieber y Denzel Washington.
Adele y su novio Rich Paul se mudan a la mansión que fue de Sylvester Stallone
La imagen, compartida por la propia cantante en su cuenta de Instagram, ha dejado a sus seguidores profundamente conmovidos con la felicidad que derrochan los dos enamorados, pero también ha suscitado preguntas sobre la propiedad del inmueble, ya que se desconoce si la inversión procede de ambos o solo de la exitosa intérprete.
Sea como fuere, la artista inglesa ha dejado claro en su publicación que "el tiempo pasa volando" y que su relación con el representante de astros de la NBA, como LeBron James, ha evolucionado notablemente desde que su noviazgo saliera a la luz a principios de este año. Desde luego, es de esperar que la pareja haya elegido esta lujosa vivienda, que pertenecía nada menos que a Sylvester Stallone, para iniciar un ilusionante proyecto de vida en común.
Según el diario Los Angeles Times, Adele ha conseguido reducir casi a la mitad el importe que pedía inicialmente Stallone por la casa, abonando 58 millones de dólares en lugar de los 110 millones con los que aparecía registrada la finca, de estilo mediterráneo pero con elementos contemporáneos añadidos a posteriori por el actor. La propiedad tiene una superficie de más de 12.000 metros cuadrados.
La imponente construcción dispone además de 12 cuartos de baño, un garaje con capacidad para ocho vehículos, una sala de cine, gimnasio, bar, un estudio de arte y hasta una sala para fumadores, al más puro estilo de los clubes privados que todavía perviven en el seno de la aristocracia inglesa. En el caso de que, como se viene rumoreando, Adele quiera ampliar su familia con su actual pareja, sin duda el pequeño Angelo, fruto de su extinto matrimonio con Simon Konecki, y la futura criatura tendrán espacio de sobra para jugar sin molestar a la intérprete.