Un encuentro con Chavela Vargas… 'La Chamana' cumpliría hoy 103 años
A un siglo y tres años de su nacimiento, revivimos las proféticas palabras y enseñanzas que la eterna enamorada de Frida Kahlo nos compartió un 13 de junio de 2011.
"Yo soy como el chile verde, llorona"… se le oía cantar, con su "voz de rayo de Luna llena", a un mujer que se convirtió en leyenda. Un día como hoy, hace un siglo y tres años, nació en San Joaquín de Flores, Costa Rica, la eterna María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, Chavela para los amigos (los más grandes artistas de Tierra Azteca).
Renacida con el nuevo milenio, tras una ausencia de más de dos décadas —que pasó, aceptó ella misma, ahogada en alcohol—, investida con la Gran Cruz de Isabel la Católica comenzó a burlarse de los miedos en su andar por el bulevard de los sueños rotos (en el que la visualizó Joaquín Sabina). Volvió para vencer a "los huracanes del tiempo".
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Casi un año antes de "trascender", como la chamana que fue, salió de su refugió, a los pies del Tepozteco. La razón era una imperiosa necesidad; acudir a la noche del estreno del monólogo, nacido de la pluma de Tomás Urtusástegui y al que le dio voz la actriz Marta Aura, acerca de la vida de uno de sus más grandes amores: Frida Kahlo.
Aquel 13 de junio de 2011 en el Foro la Gruta, del Centro Cultural Helénico, nos encontramos con la mujer, no con el mito. El pacto era hablar con la autora de Macorina cinco minutos, que se transformaron en 15 y en una verdadera cátedra de lo que significa disfrutar de la vida, con sus virtudes y errores, su pasiones y sinsabores.
La cantante Chavela Vargas presenció el estreno del monólogo '¡Soy Frida, soy libre!', en el Centro Cultural Helénico.(Arturo López)
Vestida de negro, con sus gafas oscuras y un toque de color, en una mascada carmín con polka dots blancos y negros; La Chamana profetizó cómo sería ese 5 de agosto de 2012 (hace casi ya una década). Siempre poetiza entretejió rápidamente sus palabras, con ese ingenio único suyo, para revelarnos cómo recibiría a La Catrina: "Me iré con gusto", dijo.
"Así se fue la vida, y me fui yo, alguna tarde cuando las mariposas no duermen, cuando los pájaros cantan, cuando la lluvia no cae, no cae al alma, no cae el canto ni canto cae, así es la cosa", expresó y escucharla enchinó la piel, más porque en su voz no había temor, quizás ¿casi una urgencia? por abandonar el adolorido físico y disfrutar la eternidad.
'La Chamana' encontró su refugio a los pies del Tepozteco.(Archivo Quién)
"Y ser feliz es mi color de identidad", también cantó Chavela en un sinfín de ocasiones y ciertamente lo fue. Estar en presencia de una leyenda viviente, a quien poco le interesaba ser recordada así, nos enseñó que para ser grande, se tiene que vivir con humildad en el corazón.
Vargas nos probó que a pesar de saberse una figura para muchos inalcanzable, estaba siempre disponible para todos, a través del lenguaje universal; la música. Esa noche de nuestro encuentro en una gala para recordar a otra grande, Chavela, siempre honesta, sin titubeos confirmó lo que "gritó siempre", su amor eterno por la Kahlo.
Chavela Vargas fue pionera en la canción vernácula femenina.(Pedro Valtierra)
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La Chamana que fue "mariposa de mil flores" nos refrendó: "Los seres que tienen la misma sensibilidad, los seres que se aman, porque nacieron para amarse… yo amaba a Frida, a Diego, mucha gente que yo he amado, y que se quedan en mi alma para siempre".
Este 2022 se cumplen 10 años del intento fallido de Chavela por ganarle la partida a la muerte. Su tratar de convencer a La Igualadora que le diera otro ratito la hicieron aferrarse durante nueve noches, pero el 5 de agosto de 2012 trascendió, porque en el otro plano ya requerían de su energía pura, corazón abierto y sentimiento eterno.
A sus 82 años, Vargas cantó por primera vez en Montevideo, Uruguay.(Reuters Photographer/REUTERS)
A 103 años de su llegada al mundo y casi una década de su partida se cumplió también su voluntad de cómo quería ser recordada y que nos confesó aquel día 13 en el minúsculo, pero gigante en su aporte cultural, escenario de la Gruta, en el que recordó a su amiga y amante, con la que seguramente se reencontró.
"Me daría mucho gusto que me recordaran como un ser humano que ama la vida, que ama las cosas, que está viviendo otra época de México, me encantaría que me recordaran como ser humano, punto, no pretendo nada", enfatizó, sin la mayor de las prisas.
Chavela Vargas llegó a México a los 17 años.(Tomada del libro 'Y si quieres saber de mi pasado')
Escuchar y estar en la presencia de María Isabel Anita Carmen de Jesús sencillamente enamoraba. Por lo profundo y rasposo de su voz, su lucidez y su valor de amar sin etiquetas, sembraba el interés por vivir al máximo, para que llegado el día, así como ella, lograr "trascender" a través de las experiencias vividas.
