El que la muerte encontrara a María Félix el 8 de abril de 2002, justo el mismo día en que nació, pero 88 años después, fue una extraña coincidencia que sumó un elemento más a su leyenda personal.
Hubo quienes pensaron que la muerte de María fue una decisión que tomó La Doña para partir la madrugada de su cumpleaños y no la consecuencia de un paro cardiaco.
Publicidad
En 2022 se cumplen 20 años de la muerte de María Félix, La Doña, María Bonita, la gran diva de la época de oro del cine mexicano, que triunfó en Europa e inspiró a cineastas, escritores, joyeros, pintores, modistos, toreros, cantantes y compositores.
El 8 de abril de 1914 nació María de los Ángeles Félix Güereña en Nogales, Sonora, y el 8 de abril de 2002 murió mientras dormía en la casa que habitó durante mucho tiempo en el número 610 de la calle de Hegel, en Polanco.
A 20 años del suceso, María está más viva que nunca, pues mientras dos actrices buscan encarnarla en sendos proyectos, su espíritu perdura en su legado y en el fanatismo con que la recuerdan los mexicanos.
Publicidad
La bioserie y la película biográfica de María Félix
Eiza González y Sandra Echeverría encabezan distintos proyectos que buscan retratar la vida y obra de la diva que, en su momento, fue polémica por rebelarse y romper con el molde de lo que una mujer mexicana debía ser y que, ahora, sigue en boca de todos por saber quién hará justicia a la diva al contar su historia y si el que haya más de una obra traerá consecuencias legales.
Y es que de acuerdo con distintos reportes de medios nacionales, Luis Martínez de Anda, el heredero universal de María Félix, firmó contratos con tres compañías mexicanas para desarrollar distintos proyectos sobre la vida de La Doña y el uso de su imagen.
Entre ellos se encuentra la bioserie que prepara Televisa con Sandra Echeverría, pero también se ha dicho que en ningún momento realizó un acuerdo con la compañía que respalda la película que Eiza González protagonizará.
Publicidad
En 1997, en una entrevista radiofónica que concedió a la periodista Nora Patricia Jara, María Félix dijo algo que refleja a la perfección la situación en torno a la forma en que se llevará su vida ante las cámaras.
En aquel momento, María aseguró que el cine es un arte difícil y muy cruel, aunque también aceptó que a ella, la vida la trató muy bien con su trabajo.
María siempre presumió que las puertas del cine se le abrieron y quizá estaba consciente de que cuando llegara el momento, sería muy difícil contar su historia, porque ¿quién sería capaz de llenar sus zapatos?
¿Qué actriz podría igualar el porte, la belleza y la altivez de La Doña? Quizá lo que María nunca imaginó fue que serían cuestiones de índole legal y no artística, las que ensombrecerían una película o serie dignas de su nombre.
Llama la atención cómo las redes sociales han mantenido vivo e incrementado el mito de María Félix, dedicándole comunidades virtuales en las que se le recuerda con admiración o reviviendo frases clásicas de la actriz y adjudicándole otras no necesariamente verídicas, pero que enarbolan su personalidad.
Estos espacios, sin embargo, carecen del rigor con el que los grandes intelectuales de México estudiaron y describieron el fenómeno de María Félix, en gran medida, porque lo vivieron de primera mano.
Octavio Paz destacó que María Félix representaba una imagen inexacta de la mujer mexicana, pues en un país donde imperan los valores masculinos, las imágenes femeninas son dulces como la Virgen de Guadalupe o risueñas como la Adelita de los revolucionarios, pero La Doña era una mujer moderna, un desafío ante muchas convenciones y prejuicios tradicionales.
María Félix dijo de sí misma que era una “guapa con entendederas” y su paso por el cine y por la sociedad de México y el mundo así lo demostraron.
“Mi iniciación en el cine fue fabulosa. Yo nunca luché por un papel, me los daban todos. Nunca sufrí por subir, ni por tener dinero ni por amar a un hombre. La imbecilidad no lleva a ningún lado. Mi oficio ha sido ser guapa, lo he dicho otras veces, pero guapa con entendederas, para saber qué me convenía en la vida y que me convenía en el cine. Mi celebridad no fue un premio del destino. Fue la consecuencia natural de haber elegido siempre lo que me convenía”, dijo La Doña en el libro María Félix Todas mis guerras.