Françoise Hardy, Hugo Claus y Guy Bedos, también solicitaron morir por eutanasia

Hardy ha dicho que es "insoportable" el sufrimiento que padece. No puede deglutir los alimentos, tiene episodios de asfixia y la radioterapia le ha provocado dificultades para hablar, además de dejarla sorda de un oído.

"Ya no tengo nada que funcione con normalidad desde que me aplican estas terapias y las noches son aún peores que los días. No tengo miedo a morir, pero sí tengo mucho miedo a sufrir”, declaró en junio del año pasado a la revista Femme Actuelle.

Aunque la mayoría de los ciudadanos franceses están en favor del suicidio asistido, para los enfermos terminales, la legislación no lo permite. En abril pasado de 2021, la Asamblea Nacional rechazó un proyecto de ley para despenalizar la eutanasia.

Otro de los casos más sonados y controvertidos en el mismo tema, fue el del novelista, poeta, dramaturgo y cineasta belga, Hugo Claus, quien aquejado de alzhéimer, también solicitó la muerte por eutanasia cuando su enfermedad se encontraba en fase inicial.

De acuerdo con la ley belga, el suicidio asistido se permite únicamente si la persona tiene la capacidad de tomar una decisión consciente. La muerte de Claus, ocurrida el 19 de marzo de 2008, a los 78 años, provocó una fuerte condena de la iglesia católica belga y desató un intenso debate nacional.

Después de una ceremonia en el teatro Bourla de Amberes y tras la cremación de su cuerpo, las cenizas fueron dispersadas en el mar del Norte frente a Oostende. Durante la despedida, el escritor Erwin Mortier dijo al cardenal que Claus siempre manifestó una saludable falta de respeto ante príncipes y prelados.

“Y sólo por no compartir su opción de final de vida, salen de sus cavernas para regurgitar su pusilánime cólera. Celebrar su propia superioridad moral sobre el cuerpo de un muerto querido, no es ninguna proeza. Avergüénzate, señor cardenal”, señaló.

El actor austriaco Herbert Fux, que a lo largo de su trayectoria trabajó con los directores Ingmar Bergman, Volker Schlöndorff y Werner Herzog, también pidió que su despedida fuera con el apoyo de la eutanasia.

Solicitó los servicios de dignitas, una asociación suiza que, con la asistencia de médicos y enfermeras calificados, ayuda a morir a personas con enfermedades terminales y trastornos depresivos severos. Fux falleció en Zúrich el 13 de marzo de 2007, a la edad de 79 años.

Entre las muertes más recientes, a través de esta misma solicitud, está la de Guy Bedos, célebre actor, guionista y humorista francés que durante décadas participó activamente en la causa de la despenalización de la eutanasia y que formaba parte del comité de honor de la Asociación por el Derecho a Morir con Dignidad.

Aquejado de una demencia tipo Alzheimer, falleció el 28 de mayo de 2020 a los 85 años. Meses después, su hijo, el actor Nicolás Bedos, reveló que ayudó a su padre a contactar a un médico que se ofreció a cumplir su última voluntad.

“Me vi yendo a la farmacia para comprar la muerte del hombre que más amo en el mundo”, declaró en aquel entonces.