Lilly Collins, Bella Hadid y Anna Wintour lo dejan claro: ¡NYC está de regreso!

Largos sofás blancos alrededor de mesas de café ingeniosamente arregladas con velas de gran tamaño, libros sobre motocicletas, elegantes autos en miniatura y, como pieza central, un tazón gigante de M&M (chocolate con leche clásico) fueron el deleite de las más poderosas personalidades en la Gran Manzana.

En el sitio coincidieron la editora en jefe de Vogue, Anna Wintour, las famosas amigas de la marca, Jessica Chastain y Janelle Monáe; brillaron también Zoey Deutch (en rosa brillante), Lily Collins, la estrella de TikTok Nic Kaufmann (en un traje verde oliva cruzado) y la influencer Ivy Getty (en una camisa occidental).

La pasarela estuvo dominada por looks clásicos de Ralph Lauren, en su mayoría en tonos de blanco y negro con toques de rojo. Abrió la runway Gigi Hadid perfectly preppy: con un suéter con el logotipo con cuello abierto, que llevó con unos spectator heels de dos tonos. Lucky Blue Smith hizo lo propio con un traje impecablemente entallado.

No podía falar el guiño a la elegancia après-ski: puffer coats combinados con pajaritas, prendas de punto Fair Isle que engalanaron vestidos de lentejuelas y faldas de gala. Un vestido Art Deco que brillaba y contrastaba con el horizonte de Nueva York, y que fue una especie de homenaje a la ciudad natal del diseñador.

El resto de la ropa de noche se mantuvo en su mayoría elegante, con un vestido tipo columna transparente de Shalom Harlow; o el look a lo black-tie de Tyson Beckford, así como el vestido blanco asimétrico de Bella Hadid; también hubo tiempo para fresh styles, como el vestido midi con hombros descubiertos y falda completa usado por Laetitia Casta.

El final fue espectacular, cuando la modelo Vittoria Ceretti apareció con un traje de pantalón y corbatín, rematado con una chaqueta bomber y una gorra de béisbol, ambos adornados con el logo de los NY Yankees, homenaje directo a uno de los distintivos de The Big Apple, y que anotó un jonrón de vestuario para Lauren.

Look de infarto

Elegante y sobria, un tanto alejada de su protagónico en Emily in Paris, Lilly Collins, quien pocas veces se deja ver en alguna Fashion Week, dio cátedra de estilismo, algo que no es raro en ella. En esta ocasión su fashion statement lo hizo con un esmoquin negro de chaqueta de doble botonadura, con dramáticas solapas en satén.

El pantalón era de pierna acampanada; llevó una impecable camisa blanca, que coronó con una pequeña pajarita negra. Su bolsa tenía una elegante cadena dorada y optó por unos pumps negros. Su pelo, recogido y sin línea en medio, le brindó una apariencia andrógina. Su maquillaje: labios nude, leve toque de rubor, cejas bien delineadas y sombras marrones en sus párpados.

Invitado de lujo

El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, mostró su pasión por la moda en el Museo de Arte Moderno. El político, de 61 años, participó en el que se convirtió en el primer desfile de moda presencial de Ralph Lauren, desde el comienzo de la pandemia por coronavirus, en la cosmopolita NYC.