Han pasado 10 días desde la muerte del ídolo de México, Vicente Fernández, el proceso del duelo para su familia ha sido complicado, pero poco a poco retoman sus actividades, como en el caso de Alejandro, mejor conocido como ElPotrillo, que ha ofrecido sus primeros conciertos, después del multitudinario homenaje a su papá.
Pero ahora la que ha tomado una decisión que sorprendió a su círculo cercano y a los seguidores de El Charro de Huentitán fue su querida esposa, María del Refugio Abarca, a quien de cariño todo el mundo se refiere como doña Cuquita, que estuvo junto al intérprete de Estos celos hasta el final.
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El encargado de revelar la sorpresiva voluntad de la matriarca de la dinastía fue su nieto Alex Fernández, en un reciente encuentro con los medios de comunicación. Así, el también intérprete, que ha estado muy cercano a su papá, a quien acompañó en el escenario para un tributo a su abuelo, contó dónde y cómo está su abuela.
Mi abuela tiene unos ovarios muy grandes y se quiso ir al rancho (Los tres Potrillos), dijo que quería ir sí o sí, y nadie le puede decirle que no. Y ahí está. Ella ya está en paz. Fue un duelo muy difícil, pero lo vamos asimilando
Alex Fernández, cantante
Alex contó que durante los 128 días que don Vicente estuvo internado en el Hospital Century 2000 de Guadalajara, Jalisco, su abuela, doña Cuquita pasaba los ratos que no estaba al lado de su esposo, para tratar de descansar un poco, en un departamento cercano, en el que pensaron que se quedaría hasta estar más tranquila.
"Di mi opinión de que no hay que dejar a mi abuela sola y menos dejarla que se vaya al rancho. Estaba viviendo en un departamento cerca de la ciudad, mientras mi abuelo estaba en el hospital y dije que ahorita lo peor que puede hacer es irse al rancho y hay que estar con ella 24/7 porque es cuando más nos necesita", expresó Alex.
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Fue antes de unirse a su papá en uno de sus primeros conciertos, tras despedir a El Charro de Huentitán que Fernández explicó que el luto ha sido muy profundo y los ha llevado a vivir momentos muy duros porque tienen que asimilar la ausencia de su abuelo, de quien pudo despedirse y al que siente más cercano que nunca.
"Es difícil, pero poco a poco nos vamos haciendo a la idea porque no te la crees. Los primeros días no podía parar de llorar. Afortunadamente nos pudimos despedir de mi abuelo mientras estaba consciente; los primeros días no podía parar de llorar, pero te vas mentalizando. Ahora siento que mi abuelo está más conmigo que cuando estaba en el hospital", comentó Alex.
El joven utilizó uno de los trajes de charro de don Vicente y aunque no le ajustó como pensaba, no fue impedimento para llevarlo con orgullo. "Dije: 'lo voy a llevar porque es de mi abuelo'; es muy especial para mí. Si no fuera por él, yo no estaría aquí. Lo amo con todo mi corazón y estoy muy agradecido con él por todo lo que hizo por mí, siempre me cuidó", finalizó Fernández.
