A sus 79 años, Paul McCartney no tiene intención alguna de retirarse de los escenarios ni del estudio de grabación, y no solo por el amor que siente por la música.
Como reveló él mismo en una nueva entrevista, el trabajo continuo mantiene su cuerpo y su mente muy ocupados, lo que le sirve no solo para mantenerse en forma, sino también para dejar de pensar en su propia mortalidad.