Al igual que otros actores que estuvieron dispuestos a engordar o a adelgazar de forma alarmante para interpretar con total credibilidad sus personajes en la gran pantalla, Benedict Cumberbatch no dudó en poner a prueba su salud adoptando un hábito tan malo como el de fumar tabaco para su última película, The Power of Dog.
El profesionalismo de Benedict Cumberbatch le pasó factura en su última película
El actor no dudó en fumar cigarros de verdad para interpretar con credibilidad su más reciente personaje.
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En la mencionada cinta, el intérprete de Sherlock da vida a Phil Burbank, un fumador empedernido que casi nunca dejaba de inhalar y expulsar humo de su boca mientras administraba su rancho de Montana.
En lugar de optar, como ya hiciera Jon Hamm en la serie Mad Men, por cigarrillos de utilería que no contenían nicotina ni alquitrán, el artista británico decidió agregar autenticidad a su actuación fumando tabaco de verdad, en algunos casos sin recurrir siquiera a los filtros que amortiguan el impacto en el organismo de tantas sustancias nocivas.
El actor de Hollywood, protagonista además del aclamado filme Descifrando Enigma, confesó incluso que llegó a "intoxicarse" con el exceso de nicotina hasta en tres ocasiones, por lo que calificó su experiencia en el set de rodaje de "horrible" al menos en lo que al plano de la figuración se refiere.
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"Lo de fumar fue realmente duro. Tenía que enrollar cigarrillos sin filtro toma tras toma. Me intoxiqué tres veces por el consumo de nicotina. Cuando tienes que fumar tanto, es verdaderamente horrible", dijo Cumberbatch en conversación con la edición británica de la revista Esquire.
"Pero quería tener esa capa de mal olor sobre mí, y no solo en los ensayos. Salía a comer con Jane [Champion, la guionista y directora de la película] y sus amigos y hacía cosas por el estilo", añadió sobre tan exigente papel, que también le obligó a aprender algunas nociones básicas para poder tocar el banjo.
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