"Esta persona, en la madrugada del 1 de noviembre de 2017, es una versión irreconocible de mí misma. Tenía mucho autodescubrimiento por desbloquear y explorar. En ese momento sabía que yo me permitiría recuperar mi luz, mostrar la victoria sobre mi batalla interna de autorespeto y desafiar este mundo con una claridad penetrante", describió Jessica.
La también actriz añadió que fue uno de los momentos más complicados de su vida: "Para hacer eso necesitaba dejar de beber alcohol porque mi mente y mi corazón estaban dando vueltas en la misma dirección y, sinceramente, estaba exhausta. Quería sentir el dolor para poder llevarlo como una insignia de honor".
De ese tiempo tan doloroso, Jessica tenía muy claro que quería tener un profundo aprendizaje, que la llevara a ser mejor persona: "Vivir como lo hace un líder y romper los ciclos para avanzar, sin mirar atrás con pesar y remordimiento por las elecciones que hice o que iba a hacer en este hermoso mundo".
De la misma forma Simpson, de 41 años destacó que el tiempo ha pasado muy rápido desde aquel low point: "¡No puedo creer que hayan pasado cuatro años! Se siente como si hubieran sido tal vez dos. Creo que eso es algo bueno. Hay mucho estigma en torno a la palabra alcoholismo o la etiqueta de alcohólico".