Hace casi tres años Kanye West protagonizó su reinvención más inesperada cuando se presentó ante el mundo como una especie de pastor o líder religioso al frente de unos servicios dominicales que incluían música y una estética muy cuidada.
Estas reuniones fueron ganando popularidad a lo largo de 2019 y se convirtieron en una cita obligada para todas las celebridades que formaban parte del círculo social tanto del rapero como de su entonces familia política, los Kardashian-Jenner.